Hoy - Monólogo

"HOY" - Lily Oca

Nota de la autora:
¡Hola!
Este texto es un monólogo de género dramático.
Su interpretación está escrita desde un punto de vista femenino, pero puede llevarse a cabo por actores de género indistinto y es simple en su edición.
Todas las acotaciones, direcciones y trazos son solamente sugerencias o representaciones de cómo imaginé esto en mi cabeza.
Siéntete libre de modificar a tu placer y necesidad.

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"Hoy"

-Ella se sienta en un banco alto de madera, sus pies cuelgan. Está dando la espalda a la esquina de la habitación. La luz, tenue, desde un ángulo bajo, ilumina su rostro. Se le ve incómoda y preocupada. Aparenta haber llorado. Al fondo se oye un reloj-

Ya casi amanece. Una noche entera en sillas incómodas.

Debimos estar ahí alrededor de 8 horas. Entre lágrimas, paredes blancas, luces cegadoras y pisos helados.

8 horas esperando.

8 horas viendo doctores correr...

8 horas escuchando a todos llorar y llorando yo misma.

8 horas envuelta en un constante "¿Por qué así?", "¿Por qué lo hizo?", "¿Por qué no habló?", "¿Por qué?", Una y otra vez...

Se declaró la hora de la muerte hace una hora y media, ya están hablando de qué se va a hacer con... El cuerpo. El equipo médico  hizo lo posible, pero una- una complicación llevó va la otra y-

Los adultos dicen que los adolescentes le damos muchas vueltas a todo.

Dicen que exageramos muchísimo lo que sentimos.

Que no es para tanto. Que las tristezas pasan. Que al crecer nos vamos a reír de nuestros dramas.

Pero la realidad es que para muchos de nosotros las noches se vuelven largas. Son noches de insomnio, de culpa, de incertidumbre, de odio...

Piensas que nada te sale bien, que nunca vas a ser como los demás. Que a nadie le importas y que no sirves para nada.

Dicen que los problemas de los jóvenes son tonterías y que no se pueden comparar con los problemas reales del mundo de los adultos.

"¡No es para tanto, deja de hacer drama!"

Lo he escuchado tantas veces que por momentos suena a verdad.

La mayoría de los jóvenes nos sentimos así, y esas "pequeñeces", esas "tonterías" hacen que a muchos se les vaya la vida...

Se necesita mucho coraje para suicidarse... Pero no tanto como creemos para buscar ayuda. Y aún menos para ayudar a quien la necesita.

Si algo he aprendido es que siempre hay alguien que te necesita cerca.

Hoy escuché a mis padres decir cuánto me aman.

Hoy mis hermanos contaban historias de cuando éramos niños.

Hoy sé que mis amigos están orgullosos de mí.

Hoy ví a Lola, mi perra, cuando íbamos saliendo al hospital. La ví plantarse en la puerta, como siempre, determinada a esperar que volvamos...

Pero yo ya no voy a volver.

Hoy y justo ahora se cumplen 8 horas desde que mi corazón dejó de latir.

Hoy me he despedido de mi familia, me he despedido de mis amigos, del sabor del chocolate, de andar en bicicleta, de tronarme los nudillos, de dormir 10 minutos más en la mañana, de acariciar a Lola, de los baños de burbujas, del olor a lluvia, de cantar a todo pulmón, de andar en metro, de estirarme después de una siesta, de reírme a carcajadas, del olor al suavizante de ropa, de mi película favorita, de despertar antes que el Sol...

-El reloj se deja de oír-

Me he despedido de la vida.

Hoy ya no puedo darme otra oportunidad.

Pero sé que hoy aún estamos a tiempo para salvarte a tí.

-El reloj se vuelve a oír-

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Nota de la autora:
¡Gracias por leer este monólogo!
No soy una profesional, pero mi trabajo y yo estamos en constante mejora y aprendizaje.
Siéntete libre de usar este texto a tu conveniencia, notas y correcciones son bienvenidas y apreciadas.
Si tienes peticiones, estaré feliz de cumplirlas. Desde ideas originales, hasta adaptaciones.

Juntos mantenemos vivo el teatro