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Después de aquella confesión que había hecho esa misteriosa chica simp, Bakugou empezó a reírse.
Los presentes en ese escenario veían sorprendidos al rubio carcajearse a lo idiota, sosteniendo su estómago con fuerza y casi ahogándose.

¿Quién no lo estaría después de escuchar esa estupidez?

Shoto era un raro, pero no tan raro como para escribir cartas de esa forma y menos en broma o algo parecido. El que era más probable a que hiciera eso era Denki, pero el estúpido tenía una letra de mierda, Aizawa siempre lo llamaba al escritorio para que le tradujera esas líneas ilegibles.

De igual manera, Bakugou no dejaría esa acusación impune y empezaría a investigar al respecto.
Él no podía descartar esa idea por lo más idiota que sonara y aunque Shoto no cumpliera con el perfil, porque era posible que fuera un intermediario o algo parecido.

De a poco, Bakugou se levantó del suelo con su rostro ya vuelto a la normalidad, ignorando que terminó allí de tanto reírse de esa pendejada.

— Mira, idiota — tomó a la joven del cuello de su camisa, y le dio una sacudida. — A mí no me andes con estupideces, y tampoco con mamadas como las de "Quiero conocerte mejor, kya". Voy a ser un héroe, no necesito mierdas románticas.

Empujó a la femenina algo lejos, y se dirigió a los arbustos donde estaban sus amigos.
Desde donde estaba se veía el puto celular de Deku y su funda de unicornio, algo gracioso y sin sentido, pero gracioso.

Tomó el celular brusco y lo guardó en su bolsillo, para continuamente patear a alguno de los estúpidos que se tope su pie. Enseguida se escuchó un quejido, seguido quejas y una especie de pelea rara que hizo que el pobre arbusto estuviera lastimado ahora.

— Me tocaste la pata, cuidado— Izuku saltó del arubusto, alejándose de su compañero de chusmerio.

Bakugou aprovechó que tenía el zapato de Deku cerca, lo tomó y se lo tiró de regreso. Las medias del peliverde eran desagradables de ver, todas de florecitas amarillas y rojas, parecían festival de primavera, mejor ni verlas.

— Perdón, pensé que era mi teléfono — Se levantó tras su amigo, sacudió la tierra de su uniforme y subió su mirada a la del rubio — ¿Ya nos vamos?

Shoto le dedicó una mirada de superioridad a la pelinegra que seguía ahí, ahora en el suelo, mirando toda la escena. ¿Se creía qué Bakugou le iba a creer? Era una total ingenua, nadie le creería a una tipa tan mañosa. Esta le devolvió la mirada con frustración, se notaba como le temblaba el ojo.

Mientras Bakugou escuchaba a Deku quejarse en el suelo porque su zapato no le entraba, él miraba la escena entre el bicolor y la niña cringe de primer año. Era demasiado sospechoso, tanto como para comenzar a creer poco a poco lo que dijo la chica.

Ahora, una incógnita empezaba a levantarse en la cabeza de Bakugou... ¿Por qué el mitad mitad le enviaba ese tipo de cartas?

Lo iba a investigar.

[...]

Y ahí estaba Shoto, eran las siete menos cinco de la mañana, hora a la que ningún otro estudiante estaría presente, perfecto para entregar su carta.

Se aproximó poco a poco a la zapatera de su rubio amor, y giró a todos lados para ver que nadie lo viera.

Ingresó el sobre con cuidado, pero un flash lo asustó y lo apretó fuerte contra la zapatera. Miró a dónde vino y vio a la pelinegra del día anterior, le restó importancia y metió el sobre con cuidado.

Bakugou no le había creído ayer, con una foto, tampoco le creería o poco probable.

— Nee, sempai, no querrías que Bakugou-san se enterara de la verdad ¿no? — la chica se acercó peligrosamente a él y lo sujetó de la cortaba, obligando a que Shoto se inclinara a su altura.
— Vas a hacer lo que yo quiera, o le diré.

Sonrió de forma cínica.

— Dile, no tengo problema — sonrió suave y tomó la muñeca de la chica, haciéndola girar y dándola contra la zapatera.

Y ahí estaba Shoto, acorralando a una pequeña chica "indefensa". Cualquiera que lo viera, tomaría eso como un abuso de poder, pero la que quiso abusar fue otra.
Por buena suerte, quienes que lo habían cachado haciendo eso era Deku y Uraraka.

El peliverde y la castaña se miraron entre ellos, asintiendo de una manera que le extrañó a nuestro protagonista bicolor.

— Tenemos que hablar.

La cara de pocker habitual de Shoto se había puesto blanca.

La tipa que tenía una foto de él y sus amigos que lo habían descubierto. Si Bakugou se enteraba, se sentiría muy apenado.




¡Buen día, piojosos!
Dejando de lado que no actualicé desde marzo, o abril, destaco que los amo.
Ahora ando viendo que rumbo tomar en la historia.
¿Bakugou se va a enterar?
¿La ojeta esa va a morirse?
No lo sabremos hasta la próxima semana.

Pensé que estudiar administración de empresas iba a ser fácil, jaja, ya denme de baja.

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2021 ⏰

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