ᴏᴠᴇʀ ᴀɢᴀɪɴ

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Over Again - One Direction


Aquel vago recuerdo de aquel último día en el hospital inundó mi mente nuevamente, los doctores diciéndole a mis padres que probablemente mi memoria no regresaría al cien por ciento y que si lo hacía, sería de forma selectiva.

- Dime que si regresaras Lee Minho -mis ojos se posaron en los del castaño a mi lado-.

Encogí mis hombros ante sus palabras, no dependía de mi.

- ¡Promételo! -sus ojos tenían lágrimas-.

- Esta bien... -asentí-..., para ser alguien que no recuerdo eres muy insistente-.

Una risa salió de él haciendo que yo también ría.

- Me duele que no me recuerdes -susurró- pero somos mejores amigo Minho... -una sonrisa que marcó sus hoyuelos se formó en su rostro-... quizá no me recuerdes o quizá si pero por favor, no perdamos el contacto.

Dicho esto se retiró y me dejo a la espera de mis padres, quienes al parecer no tenían ni un solo problema con que no recordara nada de mi vida, pensé que el tiempo me ayudaría a entender porqué pero no fue así.

En todos estos años cumplí la promesa que le hice a Bangchan, la de no perder el contacto, pues resulta que si éramos tan amigos como decía.

Christopher Bang o Bang Chan, mi mejor amigo desde la infancia o bueno, desde que llegó a Corea y nuestros caminos se cruzaron. Es australiano realmente debido a que nació allá pero su familia es de acá, es algo así como Perry el Ornitorrinco, un mamífero semi acuático. Bangchan es el único que estuvo conmigo en todo el proceso, según lo poco que comentaron mis padres, aunque él dice que mis otros amigos también me iban a ver pero que mi madre no los dejaba pasar. Ninguno me ha dicho la razón.

Desde el accidente en el cual mi memoria se vio afectada, mis padres tomaron la decisión de regresar a Gimpo para que yo pueda «sanar» según me dijeron pero la verdad, no sirvió de nada pues mi memoria no volvió y solo pequeños recuerdos aparecían como rápidos flashes en mi cabeza, así fue como recordé a Bangchan y a los otros amigos que decía que teníamos.

Han pasado cinco años desde que no ponía un pie en Seúl, se sentía extraño estar ahí. Mire la hora y el celular, Chan no aparecía por ningún lado, empecé a desesperarme hasta que el tono que indicaba una llamada entrante me saco de mi mente.

- Christopher -mi intención no era que mi voz suene molesta pero así lo hizo- ¿donde estas?

- ¡No me digas Christopher, siento que me reclamas! -grito-.

- ¡Eso hago idiota! -grite haciendo que algunos ojos se posen en mi- Llevo media hora esperándote Chan-.

- Lo siento, lo siento... es que, -lo interrumpí-.

- De seguro es algo con Félix ¿no? -el silencio inundó la llamada- Eso es un sí.

- Estaré ahí en cinco minutos... -soltó- ¡lo prometo!

Dicho eso la llamada termino, un suspiro escapó de mis labios, estaba seguro que no serían cinco minutos así que opté por ir a sentarme a una de las bancas que estaban cerca, empecé a observar el paisaje que me rodeaba hasta que mis ojos se posaron en él, tenía algo que hizo brincar a mi corazón mientras un hueco se formaba en mi pecho, las lágrimas se aglomeraron en mis ojos... ¿qué me pasaba?

Me costo unos minutos recuperarme, regular mi respiración y quitar las lágrimas, miré al piso y lo único que noté fueron unos zapatos frente a mi, haciendo que poco a poco mis ojos suban para encontrarse con los de él, sus ojos estaban cristalinos como los míos pero tenía una gran y linda sonrisa formada en su rostro. Mi corazón dio un brinco nuevamente.

- ¿Lo necesitas? -dijo mientras estiraba su mano con un pañuelo-.

Lo mire confundido.

- Estas llorando... -susurró-..., quizá no debí acercarme, yo...-.

Sin dejar que de un paso atrás agarre el pañuelo y limpie mi rostro, el olor de su perfume inundó mis fosas nasales.

Ese olor.

Maldita sea, ese aroma.

¿Por qué siento que lo he sentido antes?

¿Estas bien? -susurró mientras se acuclillaba frente a mi-.

- Lo mismo puedo preguntar yo -susurré- parece que quisieras llorar...-.

Asintió.

- Quiero hacerlo -rio por lo bajo- creo haber visto a alguien de mi pasado, alguien a quien ame pero creo que no me reconoció -sus ojos conectaron con los míos- pero no lo culpo, quizá deba ser así-.

El hueco en mi pecho se sentía más, era como si con sus palabras creciera de a poco, mi corazón se sentía como si fuera a escapar de mi pecho y las lágrimas volvieron a bajar por mi rostro. Rápidamente se retiró su guante y pasó su mano por mi rostro limpiándola.

Es él ¿no?

Es él.

Abruptamente los recuerdos empezaron a llegar a mi mente, como si las paredes que los contenían empezaban a caer de golpe.

Su risa.

Su hablar.

Su olor.

Él.

Todos los momentos que compartimos aparecieron en mi mente uno tras otro, sin dejarme procesar siquiera que estaba ocurriendo. Era una avalancha de recuerdos que no podía frenar.

« - Lee Minho -rio- ¡te amo!

- Han Jisung, te amo más! -grité-

Sus brazos rodearon mi cuerpo y un beso

fue el perfecto complemento de ese momento »


Hey, hey... -su voz me trajo de vuelta al presente- ¿estas bien? ¿Llamó a alguien? -dijo mientras se levantaba, el miedo se notaba en su rostro-.

- Hannie -susurré-.

Volteo a verme con sorpresa.

- ¿Qué dijiste? -susurró-.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, me puse de pie para poder tomar su rostro entre mis manos y sonreí al tenerlo así de cerca.

- Han Jisung... -mi sonrisa creció más al ver que en su mirada aparecía un brillo que pensé jamás iba a ver nuevamente-... ¿aún me amas?

Las lágrimas empezaron a bajar por su rostro, los sollozos escapaban de sus labios igual que de los míos.

- Lee Minho... -susurró-... jamás pude dejar de amarte-.

Sin pensarlo dos veces mis labios se unieron con los de él en un beso, un beso que tanto los dos anhelábamos por volver a tener. El hueco en mi pecho empezó a desaparecer, mi corazón empezó a regular sus palpitaciones y mis lágrimas poco a poco dejaron de caer.

- ¿Podemos hacerlo todo de nuevo? -sonreí-.

- Podemos hacerlo todo de nuevo-.

𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚝𝚜 - 𝚂𝚝𝚛𝚊𝚢 𝙺𝚒𝚍𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora