ᴍᴀɴɪᴀᴄ

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Maniac - Conan Gray


Con mi mano derecha tocaba mi sien tratando de disipar el pequeño dolor que se había formado mientras que con la izquierda me aferraba al volante de mi auto. Solté un suspiro mientras volvía a ver el mensaje que SeungMin me había escrito.

No responder

Llego en cinco...

Bufé, esos jodidos cinco minutos se habían hecho eternos y muy dentro de mí, seguía sin entender porque acepté verlo.

El jeep negro estacionando en el otro lado del parqueadero llamó mi atención, fruncí el ceño y dejé escapar un suspiro al reconocerlo.

- Hola, Seo... -sonrió mientras se acercaba a mí-.

Suspiré mientras me bajaba de mi auto para quedar frente a él.

- ¿Qué es lo que querías?

Un atisbo de molestia se notó en sus ojos haciendo que un pesado suspiro escape de mis labios.

- Has cambiado Binnie... -asentí hace su comentario- no eres el mismo chico que conocí.

Sonreí irónicamente ante su comentario.

- Claro que cambie, Kim... -un deje de diversión se podía escuchar en mi voz- ¿esperabas al niño idiota que conociste en la secundaria?

Un ligero silencio se formó entre nosotros.

- ¿Qué quieres? –corté ese silencio que empezaba a incomodarme-.

- Te extraño, Changbin...

Reí estrepitosamente haciendo que en su rostro se refleje totalmente el enojo.

- Kim SeungMin, han pasado años... -reí- y solo porque acepté tus solicitudes en las redes y respondí tus mensajes ¿crees qué tienes el derecho de decirme eso? –suspiré- ¿Qué más vas a decir? ¿Qué fuiste un idiota y lo lamentas? Sí, claro.

- Sí... -mis ojos se abrieron con sorpresa haciendo que lo vea fijamente-, Binnie, sabes que yo tan solo era un mocoso que pensaba en destacar, que la reputación de chico malo era lo mejor –rio sin ganas- te lastimé y lo siento tanto, me tomó años admitirlo pero ahora que te volví a encontrar quiero remendar todo, por favor.

Mi corazón quiso salirse de mi pecho al escuchar todo eso, después de todo no podía negar que el cariño que le había tenido era inmenso.

- Déjame en paz –volteé para intentar entrar en mi auto-.

Su mano se aferró a mi brazo haciendo que giré para verlo nuevamente.

- ¿Crees que si fuera mentira estaría aquí?

Estábamos demasiado cerca y eso me estaba matando pero no podía dejarme ver vulnerable.

- ¿Por qué no en la mañana? ¿Por qué no en un café? –espeté mientras le daba un suave empujón- ¿Tienes miedo que te vean conmigo? Tu reputación sigue siendo importante ¿no?

- Binnie... -susurró mientras trataba de acercarse de nuevo- siempre fuiste mi lugar seguro, lo sabes. Solo, dame una segunda oportunidad.

Sentía mi cuerpo temblar por el enojo, como podía venir después de años en los que me sentí estúpido a pedirme una segunda oportunidad y decirme que era su lugar seguro.

- ¿Bin? –susurró mientras hacía el amago de tocar mi rostro-.

Retrocedí rápidamente evitando su intento, mis ojos se conectaron con los de él y podía notar la confusión en ellos.

- Minnie... -carraspee- SeungMin, déjame ir.

Intento agarrarme pero esta vez, dejándome llevar por mi enojo lo agarre del cuello de la camisa haciendo que nuestros rostros queden cerca.

- ¿Acaso crees que soy una broma? –gruñí-.

La sorpresa y confusión en su rostro era divertido de ver, sus labios se abrían como si quisiera decir algo pero nada salía de ella.

- Las personas como tú siempre quieren recuperar lo que no pueden tener –reí- pero yo ya te superé... y tú lo sabes.

Mentira.

Podía sentir mis ojos picar por las lágrimas quería aparecer en ellos pero negué con la cabeza tratando que eso no pasara.

- Debería volver con tu grupo de ratas a decirles que soy una basura... -sonreí sarcástico- ve y dile a todos tus amigos que estoy loco y te volví uno.

Lo empujé haciéndolo tambalear.

- Que soy un acosador, que te he observado o que soy un psicópata... -reí amargamente-.

Las lágrimas me traicionaron y empezaron a descender por mi rostro.

- Después de eso diles que me odias y que saliste conmigo solo por diversión... -sonreí-.

A pesar que sus ojos en ese momento reflejaban dolor y que las lágrimas también hacían aparición en su rostro.

- Así que ¿por qué me llamas y dices que me quieres de vuelta?

El silencio que se había formado era tenso y parecía que se podía cortar con un cuchillo, los sollozos de SeungMin lo rompió.

- Binnie... -susurró-.

Chasqué la lengua y reí mientras negaba.

- Estas demente, Kim.

Dicho esto me encamine hasta mi auto para entrar en él y aunque sentía sus ojos quemarme a través del parabrisas, aceleré solo para que se retiré del frente.

Mi corazón se estaba rompiendo por segunda vez en muchos años pero era lo correcto, así lo sentía, una vez tuve el camino libre aceleré y salí de ese parqueadero dejándolo totalmente solo en la oscura noche. Así fue como después de muchos años vi a mi primer amor, aquel que se encargó de destrozarme por completo, aquel que jamás iba poder olvidar porque después de todo, antes de que el mundo se cayera entre nosotros, había sido feliz.


𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚝𝚜 - 𝚂𝚝𝚛𝚊𝚢 𝙺𝚒𝚍𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora