Confesión

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Luego del incidente entre Akali y Jayce, esta no regreso a su salón para la ultima hora de clase, Kai'sa la había dejado en la enfermería pues aún se sentía mal físicamente.

Al día siguiente en el momento en que la morena entró por la puerta del aula todo quedó en silencio sentía como las miradas de todos se clavaban en ella, para colmo de males su única amiga no estaba cerca, decidió caminar calladamente hasta su asiento, justo cuando pensaba sentarse un mano golpeó su escritorio —¡OYE TU!— gritó Jayce —¡MIRA LO QUE ME HICISTE!— continuó, a causa de los gritos la morena elevó su mirada, viendo como el hombro del chico estaba completamente vendado.

—Yo...lo siento— dijo Akali por lo bajo —nunca fue mi intención—  

—¡Y una mierda no fue tu intención, me fracturaste el hombro. Soy parte del equipo de box, ¿Qué mierda se supone que haga ahora?, me perderé la primera liga!— protestó el mas alto agarrando a Akali de su camisa. La menor no respondía nada, no era capaz de decir el porqué de lo que había pasado, no se permitía a si misma hablar de ello, la frustración del mas alto crecía a cada segundo por el silencio de Akali.

—Jayce cariño, ya suéltala, si una chica mas pequeña y delgada como Akali te pateó el trasero de esa manera, le hizo un favor al equipo de box al no dejar que alguien tan débil participe en la liga(le digo liga porque no tengo ni idea de como se le llama a una competencia de box)— el comentario de Evelynn hizo que algunos comenzaran a reír —a demás, ¿En serio piensas golpear a una chica que no te está buscando pleito?, cariño, de verdad que tu solo acabas con tu reputación— terminó Eve soltando una pequeña risa; las risas y comentarios de los demás hicieron que Jayce dejara a la menor y se fuera frustrado hasta su asiento.

—Gracias Eve— dijo Akali desde su silla soltándole una sincera sonrisa.

El corazón de la pelirosa se estremeció con ese simple gesto —Descuida cariño, ese idiota de Jayce siempre se ha creído mas que cualquiera, a parte de su altura y ego, no es mejor que un insecto en lo demás—

—Mmm, un enorme ego y se cree el centro del mundo, eso me recuerda a alguien— contestó Akali mirando a la mayor  y soltando una pequeña risa al final.

—Corazón, la diferencia entre el y yo, es que todos me adoran— dijo Evelynn haciendo pose de diva.

—Ahí está, sabes, en ningún momento dije tu nombre—

—Cariño, llevas menos de un mes en la ciudad, ¿ya conociste a otra diva?—

—¿Así que admites ser una diva?—

—Quizá un poco— ambas comenzaron a reír, Evelynn había tomado una silla y se había sentado en frente de la menor, cuando pararon de reír los ojos azules de Akali conectaron con esa mirada dorada, poniendo a ambas en un trace, se miraban fijamente, sin darse cuenta sus rostros se aceraban lentamente, quedaban unos escasos siete centímetros que las separaban —MHMM— ese sonido fue como si un balde de agua fría cayera sobre las chicas haciéndolas girar en dirección de donde provino.

—¿Acaso interrumpo?—

—Kai, ¿de que hablas?, para nada, solo conversaba un poco con Eve, me salvó de Jayce hace un rato—

—Mmmm, ya veo, no entiendo porqué cada que las encuentro están en una situación así—

—En ese casó ¿porqué no dejas de buscarnos para que no nos interrumpas cariño?—

—Para empezar, no las buscaba, están justo al lado de mi asiento, y en segunda, créeme que lo que menos quiero ver es como ustedes dos se devoran entre si—

—¡Como dije, nada pasaba!— afirmó Akali algo sonrojada.

—Si si, como digas— dijo la pelimorada dedicándole una sonrisa algo maliciosa.

Solo MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora