Día 3

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AU Enemigos a Amantes

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AU Enemigos a Amantes

Despertó repentinamente, asustado, Kirishima forzó la vista para ver a través de la oscuridad que le envolvía. Su corazón palpitaba frenéticamente y su pecho se movía de forma irregular debido a su ya agitada respiración. Cegado por la negrura, buscó entre las sábanas desesperadamente y pudo sentir una infinita tranquilidad al encontrar lo que con tanta angustia buscaba. La cálida mano de Bakugo.

Kirishima la tomó suavemente y envolvió sus dedos sobre esta. No estaba dispuesto a soltarla incluso si esto alteraba el sueño del rubio. Pronto su vista se acostumbró y fue capaz de ver su desordenada habitación. Su corazón encontró la calma, pero en su cabeza aún era capaz de escuchar los crueles gritos y disparos que alguna vez fueron dirigidos hacia ellos.

Contó hasta diez. Poco a poco empezaba a recobrar el control de su agitada respiración. Kirishima permanecía inmóvil mientras intentaba desesperadamente contener el miedo que la pesadilla había desencadenado.

Las vívidas imágenes de aquella abrumadora noche seguían grabadas en su mente y corazón. Apretó una vez más la mano del chico que tanto amaba y por un segundo deseó que este despertara, necesitaba que le consolara, que le dijera que todo estaría bien. Que pronto ambos dejarían de escapar y que podrían ser felices. Vivir plácidamente sin tener que ocultarse en las sombras.

Dejó escapar una sonrisa llena de melancolía, no le gustaba pensar en ese tema ya que usualmente él era el optimista en la relación, pero a veces no podía evitar sentirse de esa forma.

Miró al chico que yacía recostado a su lado, este dormía profundamente y no daba señal alguna que fuese a despertar. Kirishima, sin soltar la mano de su amado volvió a recostarse en su mullido colchón. Nunca pensó que su vida cambiaría de forma radical y mucho menos a causa de Bakugo Katsuki. Ambos, ex miembros de pandillas rivales, y prácticamente jurados a muerte, por azares del destino o una pésima y cliché broma de la vida, se habían hecho cercanos, tanto como para burlar las reglas de sus respectivas bandas y comenzar una relación, al principio de amistad.

Eijiro aún recordaba con cierta nostalgia las noches en las que solía encontrarse a escondidas con Bakugo, o en las que este último, debido su carácter difícil y competitivo se escabullía por territorio enemigo sólo para verle. Pese al peligro que representaba, era divertido y una prueba infalible de lo mucho que cada uno era capaz de hacer por el otro.

Kirishima no estaba seguro sobre el momento en que las cosas se habían arruinado, posiblemente las cosas se fueron al carajo una noche, en la que ambos se habían reunido a mitad de la madrugada para conversar, fueron descubiertos por un miembro de la banda a la que pertenecía Bakugo, este le había dado una paliza al endeble chico - cosa que no le pareció al pelirrojo - para que guardara silencio, lo que pareció funcionar hasta que, cuatro meses después ambos fueron expuestos y obligados a pelear el uno contra el otro. De no hacerlo solo les esperaba una brutal paliza y probablemente la muerte. La traición a la pandilla se pagaba con sangre.

Como era de esperarse, Kirishima y Bakugo se negaron.

Pelearon contra los miembros de sus respectivas pandillas para defenderse, sin embargo, la notoria ventaja que ambos llevaban se vio opacada cuando fueron atacados cobardemente con armas de fuego. Kirishima había resultado gravemente herido al intentar proteger a Bakugo, este último aterrado solo fue capaz de huir de la lluvia de balas junto a un malherido Eijiro.

Kirishima no tenía muchos recuerdos de esa noche, no estaba seguro de la forma en la que habían podido escapar y Bakugo era pésimo contando detalles, por lo que guardaba breves recuerdos de sus heridas siendo atendidas por un amable chico de cabello verde y de Bakugo sujetando su debilitada mano mientras escupía frases incomprensibles cargadas de angustia y tristeza.

Habían pasado cerca de seis meses desde ese lamentable hecho, meses en los que tenían que huir regularmente ya que las bandas a las que ambos pertenecían rebosaban de poder y no dudarían en usarlo para cobrar cuentas pendientes con los dos patéticos desertores.

Sin embargo, todo estaba bien. Eijiro encontraba paz donde sea que Bakugo estuviera. No creía en almas gemelas, pero de hacerlo seguramente el rubio lo era. Y eso calmaba su corazón. Su amor era tanto que estuvo dispuesto a sacrificar su vida por el otro. Y estaba seguro que lo volvería a hacer, sin dudar.

Lentamente llevó la mano de su chico hacia su rostro y la besó tiernamente. Estaba agradecido de tenerle.

Kirishima cerró los ojos e intentó conciliar el sueño nuevamente, solo que esta vez sin soltar la cálida mano que ahora también le sujetaba fuertemente.

Un fugaz y ronco susurro escapó de la boca del otro "También te quiero, pero putas ya déjame dormir, Ei".

Un fugaz y ronco susurro escapó de la boca del otro "También te quiero, pero putas ya déjame dormir, Ei"

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Hola, hola~

Espero que estos pequeños One Shots estén siendo de su agrado, en verdad agradezco el recibimiento que les están dando y pues muchas gracias 🤧✨✨✨💕

Si les gusta mi trabajo, les invitó a leer mi fic llamado "Granate", también lo pueden encontrar en este perfil, aún está en "constante" publicación y así :p

Oh, también a la par de estos One Shots, estoy subiendo algunos FanArts en mi cuenta de IG y Twitter, me pueden encontrar como @ Nasusew.

Gracias por tomarse el tiempo de leer y compartir mis aportaciones de esta Week, eternamente agradecida~

~Nasus

36 Degrees | Kiribaku Week 2021 | NasusewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora