Esta es la cuestión

Capítulo IV

Desde que Keyla me había informado que el mariscal de campo no era de esos chicos que tuviera novia sentí una breve punzada en el pecho, pero estaba decidida, quería conocerlo.
Faltaban 3 minutos para que terminara el partido. Desde lejos observe como Alison me ponía mala cara ¡JODER! ¡¿Qué acaso le caigo tan mal?! Sinceramente ya estaba un poco cabreada por el simple hecho de que casi todo el partido actuará así, era tan infantil, si tiene algún problema conmigo que venga y me lo diga pero ya basta de soportarla. 😠
-Keyla, tengo que ir al tocador, te veo allá.
-Claro Rox, esperare a que todas las personas desalojen, esto esta llenísimo.
Di media vuelta y camine entre todas las personas que estaban amontonadas esperando salir, el partido ya había terminado y como era de esperarse los Halcones habían ganado.
Ya era tarde y no veía algún rastro de Keyla entonces decidí ir por algunas cosas a mi casillero antes de que oscureciera, ver los pasillos de la escuela tan vacíos era tan raro. Empece a revisar que materias me tocaban mañana y si tenía algún pendiente pero de pronto me llamo la atención la fotografía pegada en la puerta de mi casillero era de mi papá y yo el día de mi fiesta de cumpleaños 3ro. lo echaba tanto de menos y me sentía impotente porque quería tener alguna platica con el como cuando estaba aquí, desahogarme, pedirle ayuda cuando lo requiero, tener otro punto de vista, lo necesitaba tanto pero si seguía recordándolo me soltaría a llorar así que me apresure porque ya era tarde y cerré la puerta de mi casillero ¡Mierda! Me sobresalte al ver que el mariscal de campo estaba frente a mi, dios mío era guapísimo, estaba completamente desconcertada, como podía existir tanta perfección en alguien, nuestros ojos hicieron una conexión tan fuerte, podía sentirla, no lo se pero empezaba a sonrojarme.
-Hola- dijo el en un tono muy alegre.
-Ho... hola.- nuevamente había regresado el efecto que producía en mi, me molestaba tartamudear.
Una gran sonrisa apareció en su cara, seguramente era por la estúpida sonrisa que tenía y claro, era bastante obvio que estaba nerviosa.
-¿Viste la nota que deje en tu casillero?
-Si, ¿cómo supiste mi nombre?
-Intuición
Ambos no separábamos la vista del uno al otro, podía sentir la conexión tan fuerte, no eran necesarias las palabras, pues nuestras miradas lo expresaban todo.
El llevaba una camisa negra y unos vaqueros que se le veían muy bien, cuando observe sus brazos estaban repletos de tatuajes y eso le daba un toque bastante sexy. No sabia que hacer, solo lo veía y lo veía, tenía una sonrisa tan arrogante, unos ojos tan lindos, y no se que estaba haciendo, pero me estaba volviendo loca.
De pronto empezó a vibrar mi móvil, era mi mamá.
-Hola
-Roxy, cariño ¿estas bien?
-Si mamá ¿ocurre algo?
-Saldré tarde del trabajo, Maggy tuvo que irse y Mariam esta enferma por lo tanto yo estoy a cargo de todo, sal con tus amigas y diviértete un rato, paso por ti en 2 horas.
-Esta bien mamá, te amo, adios.
Cuando colgué, el mariscal de campo tenía una gran sonrisa.
-¿Te molestaría si te inv...
A lo lejos un chico del equipo grito:
-Emmet ya es tarde, vamos a celebrar a la casa de James, todo el mundo ira.
-Los alcanzo más tarde.
El chico se quedo boquiabierto pero lo comprendió y se fue.
-Lo siento, Franco en momentos suele ser muy imprudente ¿en qué estábamos?
-Emmet ¿ese es tu nombre?
-En efecto, es un placer conocerte ¿te molestaría si te invito un café?
-Pero tienes que ir a celebrar con tu equipo.
-El equipo puede esperar.