♫| CAPÍTULO 13 |♫

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CONWAY

DE LAS MEJORES FORMAS DE DECIR ADIÓS

La única salida que habíamos encontrado para salir de la apretada situación había sido volver a escondernos en mi habitación de hotel.

No era muy seguro salir del edificio considerando la cantidad de personas que se encontraban en las puertas, tratando de entrar. Y teniendo en cuenta que la presidente de mi club de fans estaba en el mismo hotel que nosotros, tuvimos que movernos con cuidado para no cruzarnos con ella.

Jonah ni siquiera se dio cuenta de nuestra presencia al entrar a la habitación. Él seguía en la misma posición que cuando lo habíamos dejado, con la ligera variación de que ahora su cabello se encontraba hecho un desastre y sus ojos estaban rojos.

Podía notar a Sienna a mi lado un tanto nerviosa. Brad pasó con naturalidad por nuestro costado y se sentó en uno de los sillones con total confianza.

Sienna en cambio no parecía tener idea de qué hacer. Para ser justos, tampoco yo. Esperaba que las cosas entre nosotros no se volvieran incómodas después del beso en las escaleras. Deberíamos ser capaces de manejar esto con madurez, ya no éramos críos en el instituto con las hormonas alborotadas.

Dejándome llevar por una repentina ola de valentía, me adentré en la habitación y me dejé caer en la cama.

No puse más atención en lo que Sienna hacía y me limité a observar el techo mientras mis dedos se movían al ritmo de una nueva melodía sobre mi estómago.

Sentí que el colchón se hundía a mi lado y supuse que se trataba de ella porque realmente dudaba que Brad se tomará la confianza suficiente para recostarse a mi lado a una distancia tan íntima.

O que el colchón se hundiera tan poco si se tratara de él.

Y aunque a Jonah sí lo veía perfectamente capaz de hacerlo, no creía que fuera capaz de tomarse un descanso hasta que todo quedara un poco más tranquilo y despejado.

En ese sentido era bastante perfeccionista. No dejaba algo hasta que estaba completamente satisfecho con el resultado final.

Giré mi cabeza para comprobar mis sospechas a pesar de que eran prácticamente infalibles y sonreí al toparme con cabello largo y de un color castaño demasiado oscuro.

Era bastante posible que ella sintiera mi mirada analizándola sin escrúpulos, pero mantuvo su vista fija en el techo, justo como yo había hecho segundos antes.

Dirigí mi mirada a otro punto y me concentré en su respiración. Su pecho subía y bajaba a un ritmo constante. Me encontré pensando en cómo sonaría si pudiera convertirlo en una canción.

Sentí que mis orejas enrojecían cuando ella por fin se dignó a mirarme a mí y me atrapó con mis ojos fijos en sus pechos. De seguro ahora pensaba que era un completo pervertido.

En vez de gritar o darme un golpe como hubiera esperado que cualquier otra chica en su lugar hubiera hecho, Sienna se conformó con simplemente levantar una ceja en mi dirección de forma interrogante.

No dijo nada, pero sabía con solo su mirada que se estaba burlando de mí.

Apreté mis labios y desvié la mirada para no tener que darle una explicación.

Fue entonces que explotó a reír y el sonido llenó el silencio.

Una sonrisa se dibujó en mis labios al escucharla.

El pequeño momento se rompió en pedazos cuando Jonah se puso de pie y se acercó a nosotros a toda velocidad.

—Tenemos que irnos.

Falsas melodíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora