STARRY EYES | Eren Jaeger.

Seis.

El día estaba caluroso tenía la casa sola, mis padres se fueron a la pequeña reunión que mi hermana había hecho, logre convencerlos en fingir que mi cabeza dolía demasiado y debido a eso, no daban ganas de levantarme.

En estos momentos estaba en una llamada con Armin, la última vez que hablamos fue hace cinco meses, no lo culpo. El instituto en el que estaba lo carcomía vivo y hacía que estuviese menos disponible.

─ ¿La de la foto es Gretel? ¿y la conociste en detención? ─ Pregunto.

─ Si y algo así ─ Respondí, retirando unas cuantas cenizas de el cigarrillo y dejaba salir el humo de mis labios ─ Ella me hablo mientras dibujaba.

─ Espero que no hayas sido grosero con ella, se ve que es una persona agradable.

Y demasiado parlanchina.

─ Lo fui al principio ─ Dije y escuche un suspiro al otro lado de la línea ─ Solo unos segundos, lo juro.

─ Más te vale, ¿y sigues hablándole?

─ Si, no hay día en que no hablemos ¿y sabes algo? cuando ya no tiene nada sobre que conversar, me hace preguntas un tanto ridículas.

Armin solo se echo a reír.

─ ¿Cómo cuáles?

─ Las preguntas son sobre cuantas cantidades de bellotas puede meterse una ardilla o como los pájaros pueden tener relaciones ─ Armin solo reía mientras trataba de recordar que otras cosas me preguntaba Gretel ─ También hace preguntas para saber de mi.

─ Eso no lo esperaba ─ Dijo él una vez deteniéndose de carcajear.

─ Son las típicas preguntas de que si alguna vez he tenido pareja, si tengo un tipo de chica que me guste ─ Hice una pequeña pausa para seguir contando ─ Aunque una es nueva y es sobre que tipo de sangre soy.

─ Bien esa suena un poco extraña pero en las demás.

Un silencio abundo entre ambos por unos largos segundos hasta que hable.

─ ¿Qué tienen? ─ Pregunte arqueando una ceja y dejando la colilla de el cigarrillo en el cenizero.

─ ¿Qué no te das cuenta o eres muy idiota?

─ ¿De que hablas? ─ Empecé a balancearme en la silla de el escritorio.

─ Di qui hiblis ─ Imitó o eso intento mi voz ─ Le gustas.

Me detuve para analizar lo que había dicho y solo pase una mano por detrás de mi cuello.

─ No lo creo ─ Hable algo incomodo y poco incrédulo.

─ Es obvio, ¿crees que esas preguntas las haría por otra cosa?

─ Si.

─ Si estuviera ahí contigo, ya te hubiese dado un zape en la cabeza ─ Dijo molesto.

─ Tal vez solo quiere ─ Intente buscar una manera de contratacar pero era difícil.

─ ¿Lo ves? le gustas ─ Aclaro ─ ¿y qué hay de ti? ¿te gusta ella?

¿Me gusta Gretel? comencé a jugar con un bolígrafo que saque de el bote donde había otros cuantos eran los que ocupaba cuando dibujaba, claro que me gusta pero de una manera amigable y pero nunca me he puesto a pensar si románticamente.

Mierda.

─ No ─ Respondí dejando el bolígrafo en el bote.

─ ¿Estás seguro que no te gusta?