Me reí, lo hice y muy fuerte. No pude evitarlo, su piel brillaba como una especie de diamante, era hermoso pero... La imagen de campanita llego a mi mente y entonces solté la carcajada, y Edward que había estado tan preocupado de parecerme desagradable se río conmigo, solo que él claro lo hacía de alivio. En medio de las risas me cargó haciendo que lo abrazará con mis piernas en su cadera, me besó las mejillas, de verdad parecía en paz con mi reacción.
—Perdon, lo siento, no quise reírme de ti.
—Está bien, me gusta escuchar tu risa. Pero, ¿campanita? ¿De verdad?
—No puedo explicarlo ni yo, perdón.
—No te preocupes, ahora gracias a ti cada vez que me miré en el espejo pensaré en hadas y no en historias de terror.
—Eres igual de depresivo que yo.
—¿No lo haz notado? Compartimos la misma neurona.
—Oh, es por eso que tomamos tan malas decisiones.
—No podría estar mas de acuerdo.
Me besó de forma lenta pero intensa y comenzó a caminar hacia el árbol, una vez bajo su sombra lentamente nos acostó en la hierva, el arriba de mi dominando todo el espacio. Usaba una mano para sostener mi cabeza como una almohada, y la otra recorría un camino desde mi cintura y que cruzaba el contorno de mi piernas. Cuando paramos no quitó sus manos de donde las había colocado en mi cuerpo, solo me miró a los ojos y bueno, no hacían falta demasiadas palabras para entender que era feliz conmigo, aquí en éste momento en medio de la nada.
—Te amo Eddie.
—Si, y yo te amo mas haya de lo que puedes imaginar.
—No vamos a jugar quién ama mas al otro.
—¿Por qué no?
—Porque quién sabe cual sea tu edad real, tal vez llevas mil años de experiencia en estas cosas y lo que sientes no tiene limites. Y yo tengo dieciséis años, y tu eres el único amor real que he conocido, a veces aún me cuesta entender la pubertad, no hablemos del amor...
—No tengo mil años, pero si los tuviera igual no haría diferencia porque tu también eres el único amor de mi vida, inmortal o no. Tenemos la misma experiencia y aunque así no fuera, nada de eso tiene importancia. Lo que sientes y puedo ver no es un simple amor adolescente, lo puedo ver con tanta claridad que casi lo siento sobre la piel.
—¿Y aún así apelaras a que me amas más?
—Puedo leer mentes, y en mi larga vida jamás he conocido a alguien que ame mas, de lo que yo te amo a ti.
—Es algo cursi, pero... Es lindo, gracias.
—Solo soy honesto, y ya que estoy en eso hay algo que te debo contar sobre mi pasado.
—Si es algo malo no quiero saberlo, bueno si quiero, me encantaría no tener mentiras ni nada oculto de tu parte porque mis pensamientos están muy expuestos y me siento algo desnudo. Pero no quiero saberlo ahora, no sé si podré digerirlo rápido o me voy a tardar o si voy a desarrollar un nuevo trauma, y por ahora solo quiero no arruinar nuestra primera cita.
—Entonces hablemos del tema mañana.
—Si, ahora besame Eddie.
Esperaba que atacará mis labios, pero de fue directo a besarme el cuello, jaló el cuello de mi camisa y repartió sus medos tiernos hasta mi hombro.
—Jamás he tenido que controlarme tanto para algo.
—¿Quieres morderme?
—Si, pero no es de eso de lo que hablo.
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Royal Swan
FanfictionRoy no quería tener a su hermana Bella en casa, estaba dispuesto a soportar el tormento por Charlie, pero entonces ella se robó a su bipolar acosador... y a su mejor amigo, y a su amor platónico... Eso simplemente no lo podía perdonar. Ah olvidé men...