Hubo una vez

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Hubo una vez
Cuando era joven y estúpido,
Aún más estúpido y más joven que hoy,
En la que mi amiga, entre llantos, vino a abrazarme.

Me contó su problema,
A esa edad todo es problemático,
Me dijo que su madre no aceptaba su relación,
Que ese chico no lograría nada en la vida y que la estancaría.

Mucho no pude decir,
¿Qué sabia del amor?
Mucho menos entendía la vida,
Incluso hoy ambos son un misterio para mi.

Pero ahora que lo pienso,
¿Acaso no estaba la madre de mi amiga equivocada?
¿No es logro suficiente en esta vida hacer feliz a su hija?
¿No era ella quien en realidad la estancaba?

Claramente se refería a la plata,
¿Son más importantes los ingresos que la felicidad?
¿Es mejor ser infeliz pero económicamente estable?
Estamos entregando al amor por unos cuantos papeles.

Es cuestión de conveniencia;
Vale más el trabajo que la persona,
Vale más la casa que el cariño,
Hasta el auto vale más que el amor.

Hay que ser realmente tonto para cambiar algo tan único como el amor
Por algo tan común como el dinero.
Estamos capitalizando el romance,
Pero este no es un negocio, o al menos, no debería serlo.

Mi amiga se alejó para siempre del muchacho,
Creo que Gabriel era su nombre,
Pero hubo una vez en la que se amaron.

Y de seguro lo hacen y lo seguirán haciendo,
Porque el amor no entiende de razones,
Pero mucho menos entiende de capitales.

Treinta y tres poemas de una adolescencia vertiginosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora