Oh niña de dulce voz,
Antes de conocerte
Creía que la vida era atroz
Y que solo había muerte.Aunque no lo creas,
Yo me convertí en tu aprendiz,
Inspiraste mis ideas
Y me enseñaste a ser feliz.Por eso no toleraría tu ausencia,
Las mañanas perderían su brillo.
Porque es tu presencia,
La que convierte a este lugar en un castillo.Oh niña no sé cómo pedirte,
Que por un momento esperes,
Porque no se cómo voy a decirte,
Que necesito que te quedes.
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Treinta y tres poemas de una adolescencia vertiginosa
PuisiTreinta y tres poemas, treinta y tres sentimientos, una misma persona. ¿Qué pueden decir unos cuantos poemas de un adolescente? ¿Qué tanto puede cambiar un pensamiento, un sentimiento o una persona? Solamente hay una forma de saberlo, y será la prop...