BIG MISTAKE. - jb. TERMINADA

Capítulo nueve. - "Conociéndonos"

'Big Mistake'.

Capítulo nueve.

— Así que..tengo frente a mi a una Universitaria.

— Así es. — Sonreí orgullosa.

Nos encontrábamos caminando por algún lugar no tan lejano a la plaza en la que estábamos. Ni siquiera sabía porque había aceptado salir a caminar con él. Era absurdo.

— Wow, que nerd.

— ¿Disculpa? ¿tu haces alguna mierda de tu vida?

— Sin insultos, señora. Porfavor.

— ¡Eres un imbécil enorme, Bieber! — se detuvo y me miró con una pequeña sonrisa.

— No se te olvidó mi apellido. — Su sonrisa se mostró y no pudf evitar pensar que era hermosa. Tampoco pude evitar sonrojarme.

— Ashley me lo repite todo el día. Ella sueña con que vamos a casarnos — viré mis ojos — está loca.

Lo observé mientras sacaba una pequeña caja del bolsillo de sus jeans caídos. Abrí mis ojos al notar que eran cigarrillos. Encendió uno y lo puso en su boca  para darle una calada y luego exhalar el humo.

— ¿Fu..fumas?

— ¿Te he decepcionado? — sonrió torcidamente.

— N..no.

¿Era tan obvia siempre? Pero él.. No me había depecionado. Era imposible. Acababa de conocerlo y podía hacer con su vida lo que quisiera.

— Vamos, Kate. No es tan malo, mucha gente fuma. ¿Quieres probar?

— No. — Dije segura — esa mierda te mata. — Se encogió de hombros.

— Y bueno..hablame sobre ti. — Dijo suave, mientras se sentaba en un asiento blanco, que daba con otra plaza.

— No tengo mucho que contar. Soy una adolescente, universitaria, vivo con mis padres aún. Tengo diecisiete pronto dieciocho. Nada increíble. ¿Tu?

— Tengo diecinueve, cumpliré veinte en Marzo.

— ¿Que día?

— Primero de marzo.

— Oh..

Ambos nos mantuvimos callados, aunque esperaba que él dijera algo pero sólo me miraba, analizándome.

—¿Eso es todo? — pregunté — ¿todo lo que vas a decirme?

— No hay mucho que tengas que saber. — Reí sin gracia.

— ¿Donde vives? ¿A que te dedicas? ¿que te gusta hacer aparte de fumar como un imbécil? ¿tienes hermanos?

— ¿Por qué quieres saber todo eso?

— ¡Yo te he contado sobre mí!

— Tú quisiste contarme.

— ¡Oh vamos! Al menos dime a que te dedicas.— me crucé de brazos.

Lo miré seria, demostrándole que no iba a parar hasta que hablara.

Al parecer mis expresiones son muy notorias porque suspiró en forma de vencimiento y tiró su cigarrillo.

— Trabajo en un taller de autos. — Su voz tembló un poco.

— Imbécil. — Susurré arrepintiendome de haber aceptado el estúpido paseo.

— ¿Me has llamado imbécil? — Me volteé a verlo y asenti incrédula.

— ¿A caso eres sordo y tampoco estas contandomelo?