BIG MISTAKE. - jb. TERMINADA

EPÍLOGO.

Justin

Apoyé mi cabeza en el respaldo del asiento del avión. El vuelo estaba despegando y las imágenes de la novia de Ryan la noche anterior no dejaban de aparecerse en mi mente, junto con sus palabras. 

Iba a ser padre.

Pero, no podía ser real. ¿Cierto?.

Kate ni siquiera era la chica que yo había elegido para tener algo serio, ni siquiera estaba enamorado de ella. Yo era un maldito imbécil, criminal. Robaba, lastimaba, era frío. Y ella era tan opuesta a mi, era una buena chica. Pero no quería pensar en ella, ni en cómo era, ni nada que tuviera que ver con ella. Ni siquiera sabía si ese bebé existía como para comerme la cabeza de esa manera.

  — Justin — la voz de Selena interrumpió mis pensamientos y sentí su mano fría sobre la mía. La miré de costado esperando a que hablara — ¿Estás bien? —  asentí —  Oh por dios, ¿puedes dejar de pensar en lo que dijo la loca de ayer? ya te lo dije, está loca, es tan simple como olvidar a una rubia ebria diciendo mentiras sobre su amiga. Tú sabes que ella estaba enamorada de ti, las mujeres hacemos lo imposible y hasta locuras por mantener al hombre que amamos a nuestro lado — se acercó más a mi rostro —  como yo, Just. Que viajé horas para recuperarte. — Besó mi mejilla y se acomodó en su asiento al ver que no había respuesta de mi parte.

La resaca que tenía en ese momento tampoco ayudaba demasiado.

Miré por un momento más hacia la ventana, contemplando las nubes y el cielo, mientras me permitía perderme en mis propios pensamientos una vez más. Finalmente decidí cerrar mis ojos y poner un punto final a tanta preocupación. 

Ese bebé no existía.

Selena podía tener razón, y mi mente prefería aceptar a esa opción. Mi "relación" con Kate duró lo que tenía que durar y todo ya era parte del pasado. Había muerto desde el momento que pisé ese avión. 

Y todo era mejor así, para todos.

(((...Meses después...)))

Narrador Omnisciente.

La barriga de Kate había crecido muchísimo a comparación de la primer cita que tuvo con el médico aquella vez. Los meses habían pasado lentos y se sentían como años.

Por momentos, agradecía dejar de pensar un poco en todo, y sólo pensar en su bebé y en que todo iba a estar bien en poco tiempo, cuando al fin naciera.

Con respecto a su madre, no volvió a saber nada más de ella desde aquella noche en la que Ashley tuvo que ir a buscarla a la casa de su madre y llevársela a su casa. Una hora después de aquella situación tensa y dolorosa para Katherine, se encontraba en el hospital, controlando que su bebé estuviera bien luego de haberse descompensado.

Desde el momento en el que el médico le afirmó que su bebé estaba fuera de riesgo, se prometió cuidarse a ella misma, para que nada le pasara a su hijo o hija. 

Entendió que amaba a ese pequeño o pequeña que crecía día a día en su interior y que era lo único que iba a tener y lo único que la iba a sostener en los tiempos difíciles que vinieran, además de Ashley, aunque Kate sabía que ella en algún momento tendría que soltarla para formar su familia con Ryan, algo que Kate también anhelaba para ella luego de todo el amor que su mejor amiga le había dado.

Katherine se encontraba en su habitación, en la casa de Ashley. La mamá de Ashley había obligado a Kate a vivir con ellas hasta que pudiera pagarse algún apartamento. Hacía ocho meses y  que Kate vivía junto con ellas y había dejado hacía  poco, la cafetería donde trabajaba. Después de buscar trabajo durante semanas y ser negada a causa de su embarazo, la aceptaron como camarera en una cafetería. Trabajaba bastantes horas por día incluídos algunos fines de semana pero era a todo lo que se dedicaba además de ayudar a la mamá de Ashley con algunas cosas de la casa. Kate sabía que luego de tener el bebé, iba a tener que mudarse y comenzar una vida independiente como madre, aunque Ashley y su madre se lo negaran, ella no se sentía cómoda sintiendo que se aprovechaba de la bondad de las dos.

Se sentó en la punta de su cama, abriendo la caja rosa en la que guardaba la ropa que había comprado junto con Ashley. Primero sacó la pequeña remera rosa con rayas y mangas largas, que le había regalado Ryan cuando se enteró de que iba a tener una niña. 

La dobló suavemente para luego tomar las pequeñas zapatillas rosadas. Katherine había llegado a encariñarse con Ryan y creía que era un gran chico. Quizá no lo había sido en el pasado, pero lo era con Ashley y eso le bastaba, a pesar de no conocer su historia pasada.

Siguió observando las mudas de ropa diminutas y acarició su panza, respirando hondo. Pensó, que estaba ansiosa porque la pequeña Leah saliera al fin y guardó la caja debajo de la cama.

Acomodó un poco las demás cajas y al pararse, sintió un fuerte dolor debajo de la panza. Cerró los ojos instantáneamente y agachó su cabeza para observar su barriga. Sintió como algo se rompía y como agua comenzaba a correr por sus piernas, rápidamente se alarmó y la sangre comenzó a subirse a su rostro a causa de los nervios. Salió de la habitación gritando el nombre de la madre de Ashley y esta subió rápidamente las escaleras, observándola preocupada. Al instante, llamó a Ashley por el móvil y tomó su auto, dirigiéndose al hospital, mientras Kate respiraba repetidamente e intentaba calmarse.

Los últimos meses pasaron en su cabeza y las lágrimas comenzaron a brotarle de los ojos.

Podía ver el rostro de Justin, recordar sus ojos color miel, su cabello y sus labios. Recordaba los momentos junto a él, intentando que se disiparan aquellos que dolía recordar, aunque si se trataba de él, todo dolía. 

Pero su gran error no fue su hija, no fue quedar embarazada, no fue aquella noche en ese baño público, a pesar de haberle costado miles de lágrimas y momentos difíciles. Su gran error, había sido ilusionarse con alguien tan duro como él, que no tenía corazón, que no tenía sentimientos. Su gran error, había sido él.

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¡FINAL!

Espero que les haya gustado, pronto subiré la segunda temporada que se llamará "My best mistake". ¡Siganme para poder buscarla!