Delante del mar

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Narra Mireia

El día por fin había llegado. Estaba atacada de los nervios. Mi hermana vino a ayudarme con el vestido y prepararme para el día más importante de mi vida. Nos hicimos las típicas fotos de boda junto con mis padres y ya cogimos el coche para ir al 'altar'. Llegamos y mi padre me llevó hasta donde daríamos el sí, delante del mar.

Por supuesto Chenoa y Ángel estaban invitados, me encantó verlos de nuevo. La madre de Mónica llegó pocos minutos después de mi entrada, supuse que no tardaría en llegar mi futura esposa. Los nervios y la emoción me recorrían el cuerpo. Patricia empezó a comentar algo con la hermana de Mó, no sabía bien que se estaban diciendo. Mis nervios iban en augmento, tenía ganas de verla vestida de blanco radiante. Xuso vino andando hasta donde estaba yo, no me podía creer que se dignara a venir.

- X: Sé que no tengo ningún derecho, pero le prometí que vendría en el día más especial de su vida. Quiero verla feliz al lado de la persona que la hace. Gracias Mire.

Nos dimos un abrazo y seguí esperando a que mi mujer llegara. La gente empezaba a impacientarse, pero yo mantuve la calma, sabía que a mi Mó le gustaba hacerse de rogar. Revisaba a cada rato que todo estuviera bien. El tiempo parecía que pasaba a cámara lenta, que el momento de verla no llegaba nunca. Patricia volvió a irse, esta vez con Raquel. No entendía que estaba pasando. Mis padres se acercaron a mí.

- Ma: Cariño, no sé bien que está pasando, pero Mónica no aparece.

- Mi: ¿Cómo? Quizás ha tenido algún percance, no hay de qué preocuparse.

- P: Hermana, creo que si hay de qué preocuparse... - El mundo se me estaba cayendo al suelo. – Su madre le ha dicho a Raquel que no la encuentran. Parece ser que se ha marchado con el vestido.

- Mi: A lo mejor nos está gastando una broma. – Ya no sabía que decir, me estaban entrando muchas ganas de llorar.

- P: Lo siento Mire, pero no veo que hoy te vayas a casar.

Me senté de golpe en el suelo. No me podía creer la pesadilla que estaba viviendo. El día más importante y feliz de mi vida se estaba convirtiendo en el peor. Chenoa vino corriendo a consolarme.

- C: Cariño... Tranquila, dentro de poco aparecerá, ya verás. – Las lagrimas me caían muy seguidamente.

- Mi: Si no se quería casar no pasaba nada... Solo me lo tenía que decir, nada hubiera cambiado entre ella y yo, la quiero y eso es lo que me importaba para estar con ella. – Mi voz entrecortada se rompía en pedazos.

Laura me abrazó consolándome. Ángel se acercó y le dijo algo a Chenoa al oído. Seguidamente se tapó la cara, resoplando y apartándose el pelo a modo nervios.

- C: Lo mejor es que nos vayamos cariño. Ángel se encarga de cancelar todo esto, no te preocupes.

Sentía que me iba a desmayar. Laura me llevó a rastras hasta el coche y me llevó lejos de toda esa mierda.

Narra Mónica

Llegó el día esperado. Tenía millones de ganas de verla, tocarla, sentirla, olerla, besarla y, sobre todo, observar lo maravillosa que estaría vestida de blanco. Se me caía la baba solo de pensarlo. Algo de nervios me recorrían el cuerpo. Abrí el armario, ahí estaba mi vestido impoluto. Me lo puse y poco después llegó mi peluquera. Busqué a Ana para que me viera y, posteriormente, irnos juntas en el coche para la boda. No la vi en casa, pensé que estaría en el coche esperándome. Teníamos 2h de camino de vuelta y tenía millones de ganas de volver.

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