Tras caer al mundo humano, Luciel reencarno muchísimas veces. En todas sus reencarnaciones siempre tenia el mismo sueño. Una maravillosa ciudad devastada. El causante, un niño rodeado de una niebla de oscuridad. A pesar de su baja estatura siempre estaba asustada. Ella se levantaba con sudores al presenciar tal pesadilla y siempre pasaba cuando ese niño le arrancaba sus alas. A pesar de ser un sueño... parecía tan real.
Solo tras 2.300 años en ese sueño Meliodas habló. Palabras tan extrañas. Mas adelante empezó a soñar con cosas mas distintas, imágenes con monumentos, un cielo blanco y paredes de oro. Cada noche le palpitaba la cabeza.
Anabel: "¿Que son todos esos sueños?" Se dijo a si misma una noche que se levanto apresurada. Ese sueño era demasiado realista, tantos detalles, tantas voces diferentes, incluso podía sentirlo... el aura divina y demoniaca pero aun no sabia lo que era.
Era un sueño realmente estúpido para ella, pero cuanto mas lo pensaba menos sentido tenia.
Los años pasaron, la mujer tenia 56 años y soñó algo que no debería haber soñado, un sueño imposible. Vio a ese mismo chico colocando su mano en el costado de esa chica ensangrentada. De su mano algo se extendió hasta rodear a la chica y después el niño articulo unas palabras que no llegó a escuchar.
Ese día el cielo activo un mecanismo de defensa. Meliodas pensaba que Luciel había muerto pero el alma de Luciel, debilitada, entro en estasis. Meliodas utilizó su poder para añadir esencia demoniaca al alma y convertirla en un demonio para que su próxima reencarnación apareciera en el inframundo una vez que el alma estuviera lista.
El cielo iba a salvaguardar el alma de Luciel en lo mas profundo de bastión para su renacer. De esa manera impediría su caída pero el poder de Meliodas hizo fusionar los dos poderes causando un desorden en su alma. Al final el alma de Luciel cayó junto con su cuerpo y nunca reencarnaría en el inframundo.
Una luz debilitada, desconectada de bastión, envuelta en un manto de oscuridad... Un Ángel caído. Meliodas obtuvo la mitad de lo que quería. Sus visiones le advirtieron de ángeles caídos pero no de Luciel siendo una caída. Sus visiones mostraron a Meliodas muriendo en la batalla contra los ángeles. Sus visiones le permitieron ver una raza nacida de otra.
La chica se agarró la cabeza y pegó un grito, tuvo que apresurase al baño para vomitar sangre. Los recuerdos venían y venían, no solo de su vida como Ángel si no de todas sus reencarnaciones. Luciel, no, Anabel recordaba la humillación, el asesinato de su gente. Nunca sintió tanta furia por alguien pero había un problema, ese maldito mandamiento.
Busco en sus recuerdos la única forma que tenia para volver al cielo y solo había un objeto con el poder de alterar la realidad y deformarla abriendo un camino. La espada de Samael.
La espada estaba perdida en el mundo humano y no tenia tiempo pues aunque haya recuperado sus recuerdos aun no tenia ningún poder. Al pasar de los años, al soñar contemplaba un lugar del mundo y una espada enterrada, imágenes de montañas a su alrededor. Su búsqueda concluyo a los 74 años al encontrar la espada. Pero lo único que encontró fueron espadas comunes. De dentro de ella una rabia ardió como nunca, desesperada por encontrar este lugar para nada. Recogió piedras y las tiro a cualquier lugar desquitándose con lo que fuera solo para golpear un ladrillo. EL ladrillo abrió una cámara oculta y Anabel se tapó los ojos por el brillo que emitía la espada reconocible.
Con sus manos temblorosas alcanzo la espada de su hermano. Sus emociones, rabia, ansiedad, impotencia, odio, etc... ardían al limite. Una cosa destelleo por su cabeza y miró el arma. La espada de Samael era igual de destructiva que las emociones que tenia su portador pero esta arma tenia una habilidad prohibida. Anabel levanto el arma apuntando hacia el cielo con las dos manos, un brillo la envolvió retrocediendo su edad y apariencia a cuando tenia 16 años. Anabel transfirió todos sus sentimientos excepto la venganza. El sentimiento de venganza era incluso mas grande que el odio que sentía por Meliodas, tal humillación no seria perdonada. La espada de Samael se deformo y su apariencia cambio a una espada negra con resentimiento y odio.
Bajo su espada y abrió un portal entrando en él. Ahora no sentiría nada por nadie.
Anabel: "Meliodas... esta vez acabaré lo que comenzaste. Te arrastraré al purgatorio con mis propias manos junto con los que aprecias, los acabaré delante de ti. Me encantará ver como ese pecado, del cual te regodeas, no te servirá para nada una vez que les rompa la tráquea a tus seres amados, si es que los amas. Y al final veras como ese pecado, el cual usaste contra mi, se convierte en una maldición para ti. Nunca sentiste odio hacia mi... esta vez haré que me odies Meliodas. ¡Toda tu raza! ¡SE INCLINARÁ ANTE MI!"
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Biografía de varios personajes con linea del tiempo dxd alterna
FanfictionUna imagen, un poco de biografia inventada e historia