Meliodas, Rey de los Demonios

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En los confines del abismo mora un ser despiadado y cruel, ser de toda oscuridad, egocéntrico, arrogante, manipulador. En donde ningún alma existe, donde todo lo que queda es la nada, allí esta él, dueño del lugar y también de todo lo que está por encima de él. Sentado en su trono, en lo mas profundo del infierno esta Meliodas, el rey del infierno, señor y dictador de su raza, un genocida sin piedad alguna, un torturador capaz de romper las mentes de quienes estén cerca suyo. Sus objetivos son claros, desea la destrucción del reino celestial, su furia ante la líder de los ángeles no es comparable ante nada, esta dispuesto a hacer cualquier cosa para eliminarla de una vez por todas.

Meliodas: "La guerra de los 1000 años te ha pasado factura Luciel, mírate... ahora eres solo un despojo de lo que fuiste alguna vez y que jamás volverás a ser. Esta guerra la he ganado yo y por mucho que intentes impedirlo... ya te es demasiado tarde. Contempla como tu queridísimo cielo se derrumba ante mi horda. Esclavizare a todos tu ángeles que queden vivos, sus alas serán cortadas, después serán torturados física y mentalmente para luego ser desechados como basura a Cerberos. Este es tu fin muajajaj... "

Detrás de Meliodas se llegaban a escuchar los gritos de piedad de unos ángeles, el sonido de edificios desplomándose causando el pánico mientras mas lejos el sonido de las ultimas espadas y lanzas hacían eco en lo que antes era un bastión iluminado por la luz mas pura, ahora era un paramo de ruinas y polvo en donde solo llegaba la oscuridad. El reino celestial había caído.

BOOOM* Uno de otros edificios se precipito al suelo de mármol dorado creando una gran nube de polvo

Luciel: "¡Eres un monstruo inmundo! ¿Por que haces esto? ¿Qué necesidad había de esta guerra sin sentido ante mi reino?" Dijo Luciel desesperada ante lo que veía en sus ojos, su reino, sus hijos masacrados sin piedad

Meliodas: "¿Un monstruo? ... Simplemente por que somos enemigos naturales y esta guerra no fue sin ningún sentido, seré, por primera vez, piadoso contigo Luciel. Arrodíllate ante mi, déjame anexionar el cielo como simplemente otro lugar del inframundo y tu y los ángeles que queden vivos, si es queda alguno, serán libres de mi tiranía. A cambio por su libertad a ti te despojare de tus alas y tu poder celestial pasara a ser mío, serás enviada al mundo humano como mortal y morirás cuando te llegue la hora. Acepta mi oferta, no suelo hacer cosas como esta... y tampoco tengo la paciencia necesaria como para esperar a respuestas largas"

Luciel miro a su alrededor, lanzas eran atravesaban a los ángeles, el suelo manchado de sangre divina, magníficos monumentos convertidos en ruinas, demonios pululando por doquier, otros demonios muertos manchando el sagrado suelo. Luciel conto a los suyos que no serian ya casi mas de 1000, fijo su vista a la horda que masacró a los suyos.

Meliodas se permitió una sonrisa al darse cuenta de lo que estaba haciendo Luciel

Meliodas: "Cuarenta mil demonios" Dijo dejando en shock a Luciel. "Mas un regimiento de 250000 en espera... por si acaso. Decide Luciel, ríndete o la raza angelical será extinguida"

Luciel bajo la cabeza y miro sus manos temblorosas, la espada de su hermano había sido arrebatada y ahora yacía desaparecida, sus piernas temblaban. No podía hacer nada. ¿Qué podrían hacer 1150 ángeles contra casi 300000 demonios? Todo de ella fue destrozado. Luciel con la fuerza que le quedaba se arrodillo bajando su cabeza hacia el suelo. Meliodas sonrió satisfactorio ante tal humillación

Luciel: "Me rindo... tu ganas, pero por favor ¡no los mates! ¡Te suplico piedad por ellos! ¡Te lo suplico!" dijo en llanto

Meliodas: "Mírate, la gran madre ángel asustada como un simple cachorro. Antes que nada muéstrame tu alas" Dijo ordenando

Luciel obedeció, sabia que iba a ocurrir pero con tal de protegerlos sufriría cualquier castigo. Meliodas con sus manos agarró las grandes alas y de un solo movimiento rasgo la carne y rompió el hueso que los unía al cuerpo del ángel. Un grito resonó por todo el gran lugar, no había ninguna palabra que pudiera describir el dolor que estaba sufriendo en este mismo instante. Meliodas incinero esas alas con su poder demoniaco.

Meliodas: "Ummh... " Dijo colocando su índice y pulgar en su barbilla "¿Que debería hacer?" Meliodas se estaba planteando en decidir si hacer caso a la petición del ángel. "¿Tu que crees que debería hacer?" Le pregunto a Luciel que yacía en un charco de sangre debido a la sangre que estaba perdiendo por los agujeros que tenia en lo que antes eran sus alas. Luciel emitió un gemido

Meliodas: "Ohh... aun sigues viva. Tal tenacidad. Me gusta. Solo por eso accederé a tu absurda petición. Los ángeles quedaran vivos." Luciel estaba en las ultimas "¿Quieres hacer un trato conmigo?... oh vaya, a muerto... " Meliodas estaba mirando fijamente al ángel "Esta guerra fue un sin sentido, tenias razón. Pero era un mal necesario. Se que en algún momento me recordaras y buscaras venganza. Si tengo que volver a matarte lo hare sin piedad alguna. Nuestra era de incontables eones debe cambiar y si para eso debo llevarte al limite de la desesperación, entonces que así sea" 'Hacia un camino de una raza mas prospera y menos conflictiva'

Meliodas tocó el cuerpo de Luciel añadiéndole esencia demoniaca. Su alma viajó al mundo humano para ser reencarnada

Biografía de varios personajes con linea del tiempo dxd alternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora