No podía más. No podía soportar una vez más su llanto ficticio de esposa
enamorada sufriendo por su mujer mal herida. Nunca entendí porqué me trataba
así. Nunca. Pero si de algo estaré segura, es que el famoso karma, lo devuelve todo.
No sé a ciencia cierta, cuánto tiempo pasé allí, pero no había decidido con más
claridad que la decisión que tomé, era la correcta. Nunca me la imaginé haciendo
tan fuerte gesto de rabia hacia mí, pero supe que eso no tenía perdón. Nunca me
dio motivos para justificar esa reacción tan negativa, pero por mucha excusa que
me diera, sabía que no la iría a perdonar jamás.
"todas las mujeres sois iguales" me repetía una y otra vez durante el acto violento
como si de una lección se tratase.
Al despertar, me encontraba en una habitación de hospital, algo desorientada.
Allí se encontraba mi madre, mi hermana mayor y ella. Que previsible, allí
estaría ella con cara de fingir estar herida frente a mi sufrimiento como si fuera
ella quien lo sintiera y no yo. ¡Siempre a mi lado mamá, te debo la vida! Y para
colmar el vaso con su última gota, entró de par en par por esas grandes puertas
chirriantes, viejas y con ese azul depresivo el médico. Como era de esperar me
hizo miles de preguntas, para entonces, averiguar por qué había quedado en ese
estado de inconsciencia, como me había dado ese golpe en la parte derecha del
cráneo. Estaba a punto de morir con un hematoma interno, ahí comenzó ella a
llorar intentando asimilar que por su culpa, casi podía haber muerto.
Cuando el médico intento averiguar el origen del accidente, ahí estaba mi madre presente, y sabía que delante de ella no podía decir que Alejandra, mi esposa, me
había golpeado, así que decidí sacarla de la habitación. Una vez conté lo que había pasado, vi de reojo que Alejandra estaba mirándome con la cara pálida y la misma mirada asesina que me había echado en el mismo instante que agarraba el bate desde uno de sus laterales.
El médico desencajado por la mala noticia del hecho, llamó a seguridad que se
encontraba en el exterior del hospital. Entró sobresaltado a la habitación, la tomó
de las manos y se la llevó fuera del hospital evitando cualquier otro arrebato agresivo.
¡Mierda!, olvidaba que mi hermana se encontraba en el balcón de la habitación,
sabía que venía con intensiones de hacerme otro cuestionario y darme a reflexionar sobre la relación tóxica que siempre tuve con Alejandra.
Lloré, lloré como nunca había hecho antes. ¡Mi madre! ¿Qué ocurrirá cuando el
médico le diga y se entere? Soy mayor de edad, pero... ¿me hará volver a casa?
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Un Amor Lésbico Complicado
Short StoryLo escribí con tan solo 15 años, de regalo a mi profesora de literatura, pero no hay mal que por bien no venga. Desearía no recordarlo con tanta facilidad pero aún... No consigo asimilar lo que pasó aquella mañana. No fue más que el final de una tr...