☽☆☾ 26: Todavía hay esperanza ☽☆☾

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Exactamente quince días eran los que habían transcurrido desde que Luna llegó a Sant Climent, quince días sin poder ver ni hablar con sus padres, porque, sin proponérselo, también tenía una agenda muy ocupada y cuando ellos la llamaban, ella, o estaba dormida, o no estaba con la abuela. Los tíos se estaban encargando de hacerla vivir unos días memorables y que no tuviera tiempo de sentirse triste por la ausencia de sus progenitores.

Mientras Aitana hacía pataletas por no poder ver a su pequeña ni hablar con ella, ni siquiera un domingo, la pequeña estaba pasando el día en la granja de su tío Juan, en compañía de sus tíos Javier, Joaquina y Paulina.

Joaquina, que vivía en Barcelona y estaba de visita unos días en el pueblo, nunca había tenido la oportunidad de conocer a Luna, y cuando supo que ésta, estaba al cuidado de Belén, no dudó en ir a pasar tiempo con su sobrina, por eso, cuando Javier la invitó a pasear con ellos, por la granja, de inmediato aceptó la propuesta.

—Lunita cariño ¿Cómo se llama él? — Le señaló al chico.

—Titi Javi.

—¿Y ella? — Señaló a la otra chica.

—Titi Pulina.

Los tres rieron a carcajadas.

—Vamos Lunis, puedes decir mi nombre cariño, es Paulina, repite despacio, Pa-u-li-na.

—Pau, titi Pau-lina.

—¡Eso! Mejor— Le aplaudió —Preciosa mi niña.

—¿Y yo Lunita? ¿Cómo me llamo yo?

—Titi Joquina— Los hizo reír de nuevo.

—Jo-a-qui-na cariño.

Luna iba a decirlo de nuevo, pero vio a una vaca con su ternero y se distrajo, por lo que sus ojitos se abrieron de par en par —Mia ¡Ala! ¡Una vaca nené! Hola vaquita nené— Agitó su mano a modo de saludo, haciendo reír a sus tíos, esa vez, de ternura.

—¡Dios! Es que me la como, es demasiado mona— Joaquina estaba completamente enamorada de la niña.

—Se llama ternero, es un ternero.

Luna miró a su tío y arrugó un poco el entrecejo —¿Teneo?

—Sí, ternero, así se les llama a los hijos de las vacas y cuando crecen, si es hembra, se le llama vaca, pero si es macho, se le llama toro— Le explicó.

Con la explicación de Javier, la peque arrugó la carita y negó —Eche vaca nené, vaca nené titi— Le repitió para que le quedara claro.

Javier levantó ambas manos —Ok, es una vaca nené.

—Y no hay discusión Javi, si Luna dice que es una vaca nené, es una vaca nené— Dijo Joaquina mirándolo divertida.

—Es la única mujer con la que no discuto.

—Es que ni yo discutiría con ella— Paulina negó con la cabeza —¿A dónde vamos ahora?

—Vamos a llevarla a jugar con los cerditos.

—¿No la íbamos a llevar al estanque primero?

—¿Al estanque? ¡Ni soñando Joaquina Ocaña! Se nota que no conoces a Luna, si la llevamos al estanque se va a tirar con todo y ropa, si es posible.

—¿Le gusta mucho el agua?

—Decir mucho, es un sacrilegio, y aquí— Señaló el lugar donde se encontraban de pie —No aceptamos faltas de respeto.

La mujer rio a carcajadas y negó —Ok, entonces cancelada la visita al estanque, vamos con los cerditos.

—Nos vamos Lunis, a buscar a los cerditos.

Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora