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"Nostalgia"

[Anneliese Kennedy's POV]

Comencé a recordar que llevaba una herida en mi pierna en cuanto me tocó intentar subir a un auto que, según Steve, era prestado por un periodo "levemente largo" de tiempo. Aquella furgoneta azul era hasta más alta que cualquier vehículo estacionado en todo el perímetro. El rubio me abrió la puerta y dejó que intentara hacer un esfuerzo en redimir mi dignidad.

-¿Ayuda, Kennedy?- soltó y entrecerré los ojos.

-Muy gracioso, Steven.- dije-. Desgraciadamente, no todos tuvimos la dicha de ser más altos con la ayuda de un suero.

-Vamos, no tenemos tiempo.- me agarró por las piernas y me quejé un poco. Al menos me pude sentar.

-Mis piernas parecen de fideos...- solté y me deslicé en el asiento.

-Estás sangrando.- señaló el rubio y me enseñó su mano, la cual tenía un buen rastro de un líquido escarlata.

-No importa, vamos.- dije y cerré la puerta.

El chico se restregó la poca sangre de mi pierna en su pantalón y subió al auto, arrancando el auto con una facilidad que antes no le había visto. Mientras tanto, me arrastré por el asiento para quedar recostada sobre la puerta del otro lado. ¿Era seguro? No. ¿Lo iba a hacer de todas formas? Obviamente.

Una hora pasó a dos, y de dos a tres. Steve y Nat estaban en silencio y la presión que tenía en mi pierna estaba cada vez más húmeda. No podía bajarme los pantalones porque habían terceros en frente, y tampoco podía no revisarlo porque no sabía qué había ocurrido con el vendaje. Se suponía que se curaba por sí solo.

-¿Sigue sangrando?- me preguntó Steve.

-Creo...- respondí y me miró por el retrovisor-. ¡Eh, eh! Ojos a la calle, Rogers.

-Hablando de carros...- soltó Natasha y miró a Steve-. ¿El Capitán roba autos? ¿Desde cuándo?

-Los nazis, Alemania.- respondió-. Y no es robado, es prestado. ¿Puedes bajar los pies de ahí?

La pelirroja bajó su pie de la encimera y alcé las cejas.

-Tengo una pregunta para ambos , y no tienen que responder

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-Tengo una pregunta para ambos , y no tienen que responder. Aunque, si no responden, en cierto modo estás respondiendo.

-¿Qué?- dijimos ambos.

-¿Desde el cuarenta y cinco no les habían besado?- soltó en tono de burla y bufé.

-¿Tan mal pareció?- preguntó el rubio y negué con la cabeza.

-No dije eso.

-Pues yo entendí que eso fue lo que dijiste.

-No, no es cierto. Quería saber si habías practicado antes.

AGENT KENNEDY || BUCKY BARNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora