Escucho esas suevas notas
del piano.
Me hubiera gustado también
ser de guitarra
pero no lo soy,
sólo escucho
sus acordes,
y el rápido juego
que parece que
construyen las notas
al ser tocadas.
Pero yo soy
de piano,
yo soy triste,
de evadirme perdiéndome
en cada sostenido y bemol,
cayándome en cada silencio.