❪ Bienvenid@ a este paraíso de lágrimas.❜❜ 🌷੭ ⁾⁾
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✧ ཻུ۪۪ Aquí encontrarás pequeños escritos en donde puedes interactuar, por medio de la imaginación, con los integrantes del grupo Tomorrow by Together y la Maknae Line de BTS ✧ ཻུ۪۪
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—¡Sunnie! —gritó emocionado el niño de brillantes cabellos azules mientras corría, al ver a su amiga sentada debajo de un árbol.
La castaña levantó la mirada del libro que se encontraba leyendo. Una enorme sonrisa creció en sus labios cuando supo de quien se trataba. —¡Oppa!
Apenas el peliazul llegó a donde la castaña, ambos se abrazaron mientras daban algunos saltitos por la emoción.
—Soobin-ssi, ¿Qué haces aquí? Pensé que nos veríamos hasta la semana próxima —habló la más pequeña de ambos, Sunhee.
Los dos niños se fueron a sentar debajo de ese enorme árbol que fue justo donde se conocieron. Soobin le hizo señas a Sunhee para que recostara su cabeza en sus piernas, y esta lo hizo con rapidez.
Una vez estuvieron en una posición cómoda, Soobin acarició con cariño el cabello castaño de su menor—: Mi abuela necesitaba comprar unas medicinas, así que cuando me dijo que iría a comprarlas con tu mamá, le dije si podía acompañarla para poder verte y ella aceptó.
—Pero, ¿Y qué hay de tu papá? ¿De verdad te dejó salir del castillo?
—Sólo me deja salir si salgo acompañado, entonces no se opuso a dejarme venir. Pero dudo que la próxima semana me deje salir también —hizo una mueca.
—Entiendo... —susurró Sunhee, triste.
Soobin se dio cuenta de ese detalle, asustándose de inmediato. La tomó por las mejillas y prácticamente la obligó a que volteara a verlo.
—Yah, ¿Estás bien, Sun? ¿Te pasó algo mientras no estaba?
—No, tranquilo. Es sólo que... tengo miedo de que algún día te alejes de mi y no podamos vernos nunca más —pequeñas lágrimas salieron de sus ojitos, y un puchero se formó en sus labios.
El de peculiares cabellos azules sonrió levemente, tratando de tranquilizarla. Luego, con sus pulgares secó cualquier rastro de lágrimas en su rostro.
—Sun, por nada del mundo me alejaría de ti. Y si para poder verte tengo que escapar a diario del castillo, lo haré sin dudarlo —sonrío ampliamente al ver cómo la menor sonreía también, mirándolo.
—¿Lo prometes?
—Si, lo prometo.
—¿Por la garrita? —entendió su dedito meñique, haciendo reír a el contrario.
—Por la garrita —entrelazaron sus meñiques.
Tan sólo tenían 10 y 8 años. ¿Cómo iban a saber que algo peor les esperaba más adelante?
