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Hurón (SILVER)

Park JiMin después de años de esfuerzo y de abrirse camino por todas las complicaciones que tenía el ser omega en la industria arquitectónica, al fin estaba viendo los frutos, pues su despacho estaba creciendo cada vez más. Ahora contaba con áreas específicas que le ayudaban a concretar sus diseños y su firma era cada vez más prestigiosa, pero con ese mismo reconocimiento venían cargas más grandes.

Desde que entró a la carrera y ha tenido proyectos por desarrollar, no recuerda haber podido dormir más de seis horas seguidas y esto era cuando se encontraba tan cansado que su cuerpo le dolía. Las tres comidas diarias tal vez dejaron de tener tanta importancia, las salidas con amigos podían esperar y la familia seguiría ahí cuando por fin tuviera éxito.

Todo podía esperar, excepto el trabajo.

Y por eso había aplazado tanto como pudo el tener que conseguir un nuevo asistente, que esperaba no fuera tan inútil como el pasado. Por meses no lo necesitó, pero ahora tenía que enfocarse en las cosas más importantes y dejar de lado todo lo que le quitaba tiempo para hacerlas, aunque eso implicara que otro tuviera que hacer las cosas que él mismo hacía mejor que nadie. Sólo sabía que necesitaba a alguien capaz, que no cometiera errores estúpidos como sus pasados trabajadores lo hicieron. Y al mismo tiempo que no se interponga en su camino cuando de liderazgo se trata, por lo que un alfa no es una opción, no para él.

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Serpiente (Dendroaspis polylepis)

Min YoonGi sentía la sangre subirle a la cabeza mientras su mandíbula se tensaba hasta casi doler, y por poco le sisea a su jefe.

Estaba harto del alfa prepotente que no aceptaba ninguna de sus sugerencias. Si ese bastardo ya tenía motivo suficiente para tener aires de superioridad con el nivel jerárquico del que era parte, sólo había empeorado por el hecho de ser arquitecto, no sabía porqué a muchos se le subían los humos sólo por serlo. Él se había preparado tanto como los demás, incluso ha tenido éxitos de renombre, pero seguía bajo la sombra de un estúpido como éste.

Después de todo, lo que realmente le molestaba es que idiotas como éstos, que sólo estaban ahí porque tuvieron todo en bandeja de plata, hicieran lo que les plazca sin tomar en cuenta factores tan importantes como la seguridad del usuario. El beta en realidad no tenía problemas con su puesto de trabajo en sí, sino porque su jefe era un incompetente total.

Suspiró mientras se daba por vencido con el hombre, recogió su laptop de la mesa de juntas y se regresó a su escritorio.

Este fue el punto de quiebre, no iba a esperar a que se derrumbara uno de los proyectos por culpa del alfa que prefería ahorrarse costos, así que empezó a ver ofertas de trabajo en cualquier otro lugar.

No tardó mucho en encontrar opciones a donde mandó su currículum, aunque le fueran a pagar menos debido al trabajo a desempeñar que solicitaban, al menos eran relacionados con su carrera.

El beta, como cualquiera con su mismo nivel jerárquico es de esos a los que no se les toma en consideración para muchas cosas importantes, pero que siguen estando ahí por los segundos puestos.

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El día estaba nublado desde temprano en la ciudad de Seúl, la lluvia caía de a poco dejando pequeños charcos en el camino en donde circulaban los carros uno tras otro y que hacían ese ruido tan particular del agua siendo arrastrada por las llantas. Los paraguas en movimiento adornaban las aceras, y sólo la música dentro del auto junto con el café mejoraban la escena.