El demonio del arcángel Miguel [Midam/SPN]

Beso angelical

Cuando el arcángel abrió los ojos, lo primero que pensó fue en donde mierda había ido Adam y como se había quedado dormido si se suponía que un ángel no necesitaba dormir. Cuando sintió un peso al lado suyo giró encontrándose con el demonio acostado al lado suyo con una grata y enorme sonrisa

— Hey Mike, despertaste — sonrió Adam — Duermes como un niño pequeño

Michael sintió un hormigueo recorrerle la espalda y con seriedad se colocó encima de Adam rápidamente asustando al menor por su brusca acción. Las mejillas del rubio se tiñeron de rojo fuerte cuando tuvo en frente demasiado cerca al mayor, mirándolo fijamente y a juzgar por sus ojos, no estaba contento

— ¿Por qué te acostaste conmigo? — Adam cerró los ojos cuando sintió la pesada respiración del arcángel encima suyo — Responde

— Tenía sueño — mintió con una sonrisa — Además está cama es tan cómoda como para que solo tú la disfrutes

Teniendo al mayor encima suyo, con sus brazos extendidos a su costado, Adam no podía evitar imaginar una escena no apropiada para niños. Se mordió el labio inferior disimuladamente con un pequeño destello de emoción en sus ojos y enredó inconsientemente sus brazos alrededor del cuello del pelinegro

Pero toda ese ambiente se cortó por completo cuando la puerta de la habitación se abrió sorpresivamente

— Mike, recibimos informes de bajas en el sector superior de... — Raphael se quedó a mitad de la oración cuando se dió cuenta de la extraña situación con su hermano y ese pequeño demonio. Abrió los ojos sorprendido y con vergüenza — ¿Que está pasando?

— ¡Iré en unos segundos! — Michael se levantó de inmediato y Adam se cubrió con las sábanas

Raphael cerró la puerta fuertemente con su respiración alterada. Sabía que Michael tenía varios amantes, pero jamás imaginó que caería tan bajo como para acostarse con un demonio

— Michael — Adam tomó la mano del arcángel mientras este se acomodaba el cabello — ¿Puedo?

— Te quedarás aquí — ordenó Michael — Si te mueves...

— Si ya se, me matarás — antes que el arcángel volviera a escaparse de él, Adam se colgó de su cuello — Pero debo admitir, que aunque me mates, estaría agradecido — le dió un tierno y fugaz beso en la mejilla

El arcángel lo apartó aún sintiendo ese extraño hormigueo en su recipiente. Por alguna razón, ese pequeño demonio le hacía recordar a cierta persona que detestaba

— ¿No quieres saber por qué me fuí al infierno? — le guiño un ojo

Harto de sus coqueteos hizo caso omiso y se fue cerrando la puerta detrás de si, dejando nuevamente solo al rubio de ojos celestes

Adam se hecho de nuevo hacia el colchón sintiendo su cuerpo quemarle. En el infierno era más fácil ligar que con ese bastardo del arcángel Michael. Pero su mayor preocupación no era acostarse con él, ciertamente sus sentimientos escalaban un paso más que solo eso. Deseaba tenerlo solo para él, poder ser el primero en llegar a su corazón, si es que tiene, y sobre todo. Ganarse su confianza

No para nada en específico, quizás su capricho lo estaba llevando a cometer idioteces. Quizás Michael solo se divertía con él o adoraba secuestrar demonios. Su frialdad era idéntica a la de cualquier demonio que haya visto en el infierno

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— Nueve bajas — Raphael le extendió la carpeta — Todos son ángeles de bajo rango