Dieciséis

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“Entre mansiones y celos”












—Maldita sea —murmuró Marvelous con ganas de destruir todo.

En este momento se encuentra corriendo como si su vida dependiera de ello y claro, ¿Cómo no?  Primero perdió su gokai Charge durante un buen rato sin poder encontrarlo, hasta que una buena mujer cuarentona lo encontró y se lo dió amablemente. Todo estaría bien, sino fuera porque resulta que sus compañeros llevan media hora tratando de comunicarse con él ¿Y por qué? Cuando contesto, se enteró.

Ahim fue secuestrada por unos bribones que buscan dinero a cambio de su rescate. Claro que no se los dará, si no unas buenas golpizas para demostrarles que con su equipo —y más su pequeña princesa— nadie se metía, eso sí alcanzaba llegar a tiempo.

Bufa frustrado cada vez que alguien interrumpe su carrera. Hay tanta gente en la calle que quiere empujarlos y gritarles que tiene que salvar a su chica.

Después de tanta carrera llegó al lugar, pero antes de que pudiera abrir la vieja puerta de madera ésta es abierta por adentro.

—Llegas tarde —le dijo Joe inexpresivo.

—¿Qué? —quedo perplejo. ¿No pudo salvar a su princesa?

Ve como Luka, Gai y Doc salen por detrás del azul. Cuando va a preguntar qué sucedió exactamente unos hombres vestidos como de guardias reales salen con varios esposados, que murmuran maldiciones y bufidos.

Detrás de esto, vio una escena que le partió por completo el corazón.

Hideki cargando en brazos a Ahim, la cual está mojada y tiriteando del frío.

Ahim está en los brazos de otro hombre y este otro hombre fue el que la salvó.

Aprieta la caja del regalo que compro con todo su esfuerzo y lo esconde detrás de su espalda impotente.

—Ahim... ¿Estás bien? —preguntó con cierta timidez y temor, no atreviéndose a mirarla a la cara.

Ella no contesto, nisiquiera se inmutó a mirarle.

—Esta cansada, puede enfermar aquí afuera. La llevaré a mi palacio —opinó Hideki.

—¿Tu palacio? —cuestionó perplejo. —Hay que llevarla a su casa, al barco.

—Dejala descansar en una cómoda habitación, al menos una vez —pidio aquel hijo del duque a lo que el capitán calló.

—Si quieren, vengan conmigo, así pueden ver que no me la voy a comer —opino a los que los miembros del equipo asintieron.

Todos se montaron en el carruaje, Marvelous con incomodidad dirige su mirada en Ahim la cual tiene puesta la chaqueta del chico ajeno y la cabeza recargada en su hombro. Se siente molesto e irritado pero más aún, algo decepcionado de si mismo. Ella se ve molesta con él, claro, él también lo está con sigo mismo.

Después de unos minutos de viaje con un silencio incómodo, llegaron.

Los chicos no podían estar más que sorprendidos por favor la gran mansión de enfrente, unas grandes rejas doradas fueron abiertas para que el carruaje entrase, deteniéndose enfrente de unas largas escaleras del mismo color brillante.

—Woah, ¿Esto es de oro? —chillo con absoluta emoción Luka una vez bajo del vehículo, admirando los escalones.

—No, pero eso sí —confirmo el duque apuntando los arabescos de decoración que rodean la blanca puerta, los cuales si estaban tallados de oro.

—¿En serio? —sube corriendo para mirarlos más de cerca y ¿Por qué no? También tocarlos.

—Disculpa su ignorancia, ella le encantan estas cosas —dijo Joe cruzando los brazos.

Hideki asiente y ayudando a Ahim a bajar del carruaje la toma de la mano como lo hace un total caballero y suben los escalones. Marvelous detrás de ellos masculla celoso, realmente lo odia todo.

De por sí no le importan los lujos, no es lo suyo estar en grandes palacios, prefiere la comodidad y la buena comida chatarra, pero ¿Y así Ahim no?

Tiene miedo de no ser suficiente para ella.





•••••




—Creo que Ahim está molesta contigo —murmuró Doc hacia su capitán, el cual está en pesimos humores.

—Que lo este, no me importa.

—¡Yupiii! —exclamó Gai saltando y cayendo en la cómoda cama rebotando. —¡Nunca dormí en una cama tan cómoda, nisiquiera en la tierra!

—Estoy seguro de que de esto hay en la tierra —opinó Joe un poco confundido.

—Osea si, pero privilegio para la clase alta que tiene el dinero —completo el gokai silver mientras el contrario pelinegro asiente.

—Me siento un poco avergonzado en dormir en esta lujosa habitación del hogar de Hideki, de verdad no sé cómo Luka pudo pedirle una habitación para ella sola y grande —argumentó el gokai Green mientras arregla sus almohadas.

—Recordemos que es una desvergonzada —asumio el azul.






•••••





Mientras tanto en otra habitación que se encuentra en el mismo pasillo se haya Luka admirando todo de la habitación.

—Espero que te guste —le dijo amable Hideki.

—¡Muchas gracias, es hermoso! —exclamó. Se acercó al dorado espejo brillante y lo toca con suavidad. —¿Es oro de verdad?

—Puede ser... —contestó un poco incómodo. —Bueno iré a ver a Ahim. Si necesitas cualquier cosa, tocas este timbre y vendrán a atenderte.

Éll se marchó dejando a la amarilla disfrutando de su lujoso cuarto personal. Sin esperar se acerca al botón que le señalo el muchacho y lo presiona. Inmediato llegaron unas mucamas dando una reverencia.

—Digame qué desea señorita.

—¿Cuál es su platillo más delicioso? —cuestionó con un brillo en sus ojos.







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Mi Pequeña Princesa [Gokaiger] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora