Seis

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“Marvelous es rojo”








—¡Wow! ¡esta muy lindo! —exclamo Aki, el niño pelirrojo con emoción mientras Ahim le daba una prenda nueva que recién acababa de comprar —Enserio, no puedo aceptarlo —espeto tímidamente bajando la mirada, se sentía avergonzado el ser ayudado y más por el hecho de que aquellas seis personas no parecían para nada normales ¡todos los aldeanos los miraban!

—Claro que sí, ya te lo compré y lo tienes que usar —le dijo Ahim regañándolo como si fuese su madre. —Así que vamos, no desperdicies estas ropas que te compré y usalas.

El niño asintió ruborizado tomando las prendas. —Se lo agradezco mucho.

—Veo que Ahim le agrado mucho ese niño —asumio Luka mirando la escena de los menores con una sonrisa ladina. —Mira y aprende un poco Marvelous. Así tienes que educar a tus futuros hijos, la madre no lo va a hacer todo, eh.

—¿¡Q-Qué!? ¿qué hijos, ah? ¡Yo no voy a tener nada de eso! ¡no, no, no y no! —exclamo de forma explosiva sintiendo como sus mejillas tomaban un color carmesí. Sí, había, por un pequeño milisegundo, imaginado en tener unos hijos con Ahim pero, esa idea no le gustaba. Estaba yendo muy rápido y nunca, NUNCA se atrevería a tener mocosos que le arruinen el día con llantos.

Marvelous no sería papá y tampoco tendría una familia pues, era algo a lo que tenía que acostumbrarse: Sólo tener amigos.

—¡Miren que lindo le queda el color rojo! —exclamo con emoción la pequeña princesa acercándose hacia sus compañeros con el niño a su lado, quien a parte de poseer el rostro ruborizado y los cabellos rojizos la camisa también portaba aquel color dejando una imagen muy tierna en aquella pálida piel blanca y ahora más limpia.

—Le queda muy bien —asintio Gai alzando el dedo meñique.

—Ay, sí. Ese es tu color —comentó Doc desordenandole el cabello al menor.

—¡No, ese es mi color! —se interpuso Marvelous con ira. ¡Ese era su color y de nadie más! ¿¡Cómo ese mocoso se había atrevido a robarle SU color!? Marvelous es rojo y el rojo es Marvelous. Un sin fin de pensamientos como aquello tomaron su ser, se sentía muy molesto y celoso cruzandose de brazos mirando hacia todos los lados receloso.

—Tranquilizate, solo es un color —dijo Luka con obviedad.

—¡No es cualquier color! ¡Es mi color! —apretó los labios mirando al chiquito notando como sus ojos empezaban a cristalizarse y ahí por fin su corazón se ablando. Avergonzado miró el suelo suspirando con desgano rindiendose —Ya, ya. Esta bien, te dejare usar el color de Marvelous.

—No es tu color, es el color rojo —corrigió la Gokai Yellow dándole un golpe en el hombro.

—Es mi color y punto —susurró fastidiado para luego seguir caminando dejando a los demás pisándole los talones.

—¡Eyy, Marvelous acepto que usarás tu color! —susurró con emoción Ahim tratando de animar al niño.

—No te desanimes, él es muy celoso e infantil —apoyo Gai.

Y sin más lograron nuevamente hacer sonreír al pequeño niño para después seguir la caminata por el pueblo.






(...)





—Disimula tus celos, eh —le susurró Joe al capitán teniendo cuidado de que los demás lo escucharán. Aunque eso era casi imposible ya que Ahim, Gai y Aki corrían por doquier a comprar dulces, y Luka arrastraba a Doc para que llevará en bolsa las extravagantes joyas que veía en el camino y no dudaba en comprar. Con todo esto, ellos se encontraban dispersados pero aun así caminando en la misma dirección sin perderse.

—¿Quién dijo que estoy celoso? —pregunto entre dientes Marvelous tensando la mandíbula.

—Es solo un niño, no sabía que eras tan inseguro —rio ladeando un poco la sonrisa aquel pelinegro.

—¡No soy un inseguro! —se quejó exclamando en susurro —¡Ese niño no me agrada! ¡Esa cosa es sacada del mismísimo diablo!, ¡no me fió de él! Apuesto a que planea algo y todos estamos cayendo redondito a su trampa, directamente al oyó NE-GRO.

—Okay... —asumió Joe confundido dándose cuenta de que su líder no estaba ni cerca de ser normal —Creo que debes de tranquilizarte, tanto estrés y teorías paranoicas te va a terminar volviendo loco.

—¡No estoy paranoico!

—No, mejor dicho: éstas loco.

—¡Que no estoy loco! —exclamo zapateando fuertemente el piso como un niño haciendo un berrinche. —Ya veras, pronto descubrirán que yo tengo la razón, ese niño no es normal.

—Nisiquiera has hablado con el.

—Ni tu tampoco.

—Ash... Mejor te dejo —susurró con fastidio para luego girar sobre sus talones e irse junto a Ahim, Gai y el niño dejando a su líder atrás con un rostro rojo de la ira.

—¡Traidor! —exclamo señalándolo con el dedo para luego cruzar sus brazos e irse caminando con rapidez dejando a todo su equipo atrás. Se sentía enojado, era como un pobre cachorrito rabioso que de paso fue abandonado.

Marvelous solo siguió dando pasos en aquella acera de roca sin importar perderse, la rabia lo había consumido.




«No soy un tonto, ¡Él es el tonto!»



—¡Marvelous! —un grito lo sobresaltó. Inmediatamente el detuvo su paso escuchando como rápidas pisadas corrían hacia él a sus espaldas, se sintió confundido y en parte emocionado, había escuchado la voz de Ahim, su princesa.

Él giró sobre sus talones viendo frente a si como aquella pelinegra de facciones delicadas se detenía con pesar recobrando la respiración de aquella carrera.

—¿Por qué te fuiste? —preguntó esta tomando y exhalando aire.

—¿Y-Yo? No, por nada —contestó con rapidez sintiendo como se ruborizaba.

—¿Estás bien? Tu cara esta roja —inquirió la pequeña en duda estirando su mano poniéndola en la frente de su líder preocupada algo que inquieto al castaño a lo que empujó aquella pequeña mano bruscamente.

—Lo siento... —balbuceo mirando el suelo sin saber lo que le estaba sucediendo a su propio cuerpo.

Parecía como si aquella simple atracción había logrado pasar a ser algo más fuerte, tanto que él mismo no podía controlar, un amor profundo que quería evitar pero por más que gritara o creara un berrinche aquel sentimiento no se esfumaría, seguía ahí persistente de forma obsesiva como si lo estuviese carcomiendo de cuerpo y alma.

Y gracias a ese niño aquel dichoso capitán se había dado cuenta de tres cosas: La primera, lo que sentía por Ahim no era una simple atracción como lo pensaba, él estaba locamente enamorado de ella; segundo, no dejaría que nadie mas se lleve a su querida princesa, la cuidaría y protegería con su propia vida y, tercero y último, Marvelous es Rojo y nadie más lo va a poder cambiar.
















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Mi Pequeña Princesa [Gokaiger] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora