Capitulo 3.

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En Alguna parte del sur de París, 12 de octubre 11:32 PM

Era una habitación oscura, la única fuente de luz era un viejo bombillo que titilaba de vez en cuando. Jeon Jungkook, jefe de la mafia más grande de toda Asia y parte de Europa; se encontraba allí, con los nudillos ensangrentados y respirando de manera salvaje.

— Dime donde carajos esta la droga— el puño de Jeon impacta en la mejilla de un hombre de unos 35 años, castaño.

— Y-ya te dije que no sé— dice en un hilo de voz el hombre que llevaba ya varias horas siendo golpeado por Jeon.

— Eras el encargado de esa mercancía, estuviste al lado de la puta droga desde el momento que la avioneta despegó de Japón no sabes. O me quieres ver la cara de imbécil o...

— Jungkook— la voz de RM adentrándose a la habitación lo interrumpió—. El piloto confesó, al parecer un anónimo les ofreció 10 millones, dice que ambos entregaron la droga en un hotel al sureste de la ciudad.

— ¿Qué? — Pregunta atónito — ¿Se vendieron por esa miseria? — Soltó una risita— Dime, ¿sabes que por un par de billetes condenaste tu vida? Por un par de billetes— toma el arma que descansaba sobre una mesita que hay en el lúgubre lugar, quita el seguro y apunta a la cabeza del castaño.

— Dis bonjour à mon père— susurra antes de apretar el gatillo.

— Mierda, me salpico en la cara— se queja RM limpiándose la gota de sangre que cayó en su mejilla.

— Désolé— se disculpa sonriendo como conejo.

— No es gracioso— pone sus ojos en blanco.

— Sí, si lo es— ríe.

— No tienes remedio Jeon— el nombrado solo vuelve a reír.

— RM— llamo Jackson— ya tengo toda la información sobre el hotel y Jungkook creo que querrás ir tú mismo— sonríe de lado dejando confundido al pelinegro.

— ¿A qué te refieres?— cuestiona Jungkook.

— Pronto lo sabrás— sale de la habitación sonriente.

— Sigo sin entender— comenta Jungkook ocasionando que NamJoon suelte una carcajada.

— Iré a alistar lo necesario, mañana a primera hora salimos— camina hasta la puerta— no lo pienses mucho Jungkook— dice al ver que el pelinegro se quedó absorto en sus pensamientos, termino de salir de la habitación y se dirigió a la propia.

Suelta un suspiro después de cerrar la puerta. Creía saber la razón por la que el pelinegro está tan distraído y también cree que la razón se encuentra en ese hotel del que hablo Jackson. Se deshizo del nudo de su corbata y empezó a desabrochar su camisa y pantalón hasta quitárselos para luego tirarlos en el cesto y camino hasta el baño, entró abrió el grifo y dejo que el agua se nivelara, se deshizo de la prenda que le quedaba y entró a la ducha.

El agua caliente hace que sus músculos se relajaran al instante, se duchó de manera rápida y sale del baño con una toalla en sus caderas, toma su celular que estaba sobre una mesa se tumba en la cama y revisa los mensajes que tenía, sonríe con malicia al ver un mensaje en especial.

Se levanta y se viste de prisa. Se pone su reloj Rolex de oro y peino su cabello para atrás se echa un poco de colonia se mira en el espejo y sonríe satisfecho con su apariencia. Toma las llaves de un auto y sale de su habitación, camina hasta la entrada y cuando ya está por tomar la perilla una voz lo interrumpió.

— ¿Saldrás? — cuestiona una voz a su espalda.

— Sí, vuelvo a la madrugada. Si Jeon pregunta por mí dile que salí.

365 DÍAS [KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora