365 DÍAS [KOOKMIN]

Capítulo 10.

Llegaron a la casa, el enojo de Jeon no había disminuido en absoluto.

— Ve a tu habitación, JiMin.

— Pero...

— ¡Que vayas a tu habitación, sin peros!— el fuerte grito de JungKook le erizo la piel.

— Bien— subió hasta su habitación y cerro de un fuerte portazo.

— ¡Tienes que controlarte, maldita sea!— grita enojado Min— Siempre es lo mismo JungKook, no te sabes controlar y creas malditos problemas innecesarios. Conoces al imbécil de Alessandro, hará de esto un puto infierno.

— Él fue el que empezó, ¿quién se cree para hablarle así a mi JiMin?

— ¿Te estás escuchando?, pareces un niño de cinco años, piensa Jeon, piensa.— el enojo de YoonGi se notaba en el tono de su voz, sus manos en puños y sus venas sobresaliendo.

— No soy un niño, Min. Soy un hombre — inflo su pecho con orgullo.

— Entonces actúa como tal. ¿Quieres a los italianos detrás de cabeza?— lo señala— porque yo no. Quiero seguir llevando la fiesta en paz.

— Y así va a seguir, mientras el idiota ese no le vuelva a poner un dedo encima a JiMin.

— Bien, espero y seas consiente de que esto también es su culpa.

— ¿Qué mierda dices ahora YoonGi?

— No te hagas el desentendido, él fue quien busco a Alessandro y lo provoco.

— Más te vale que estés jugando— apretó sus puños sin poder controlar más su ira.

— Así te joda el orgullo y te maten los celos, sabes que tengo razón.

Jungkook no soporto más y se abalanzó sobre el más bajo. Por el impulso ambos cayeron al suelo, Jeon sobre Min. El primer golpe fue de JungKook, justo en la mandíbula del otro, YoonGi por supuesto que no se iba a dejar, forcejeo hasta que consiguió salir de debajo de Jeon. Golpeo dos veces seguidas en la cien de JungKook.

— Que carajos ocurre aquí — HoSeok llego y junto a Jackson los lograron separar.

— Estás muerto imbécil— bramo Jeon.

— No te tengo miedo, ven y hazlo si te crees muy capaz.

Ambos forcejeaban para que los dejaran libres y así poder seguir con la pelea.

— Los dos se calman en este instante— ordena HoSeok que con todas sus fuerzas retenía a YoonGi. — ¿Me pueden decir por qué están peleando?

— Se atrevió a insultar a JiMin — responde JungKook, quien seguía tratando de liberarse de Jackson.

— No he insultado a nadie— se defiende— solo he dicho la verdad.

Después de un rato tratando de calmarlos y haberlo conseguido, se encontraban en la sala tomando Whisky.

Así era cada que se peleaban JungKook y YoonGi; un par de golpes y un buen whiskey para reconciliarse.

— Alessandro si se pasó — comenta HoSeok — pero, también hay que ponerle un alto a JiMin. — toma su vaso y lo bebe de un solo trago.

— Quiero ir y cortarle las manos. — gruñe JungKook refiriéndose a Alessandro.

— Y yo quiero ir a dormir — YoonGi se levanta del sofá y se despide.

En vez de encaminarse a su habitación, sale de la casa sin que lo noten.

Estaciona unas calles antes de un hotel. Baja del auto y se dirige a la entrada. En recepción pide las llaves de la habitación 06.

Sube las escaleras hasta encontrar la puerta roja con el número 06 en dorado, abre esta y ya lo estaban esperando.

— Creí que no vendrías hoy.

— ¿Cuándo te he quedado mal? — se quita la chaqueta de cuero que traía.

— ¿Qué te paso en la cara? — se acerca hasta quedar a centímetros del cuerpo de Min, se pone en puntitas para observar mejor el golpe.

— Nada importante. — le resta importancia evitando el contacto visual.

— "Nada importante" — repite sus palabras — dejate de estupideces y siéntate. Iré por un botiquín.

Sale de la habitación dejándolo solo. Min suspira y se sienta en el borde de la cama. Se quita las botas y se truena el cuello, relajándose al instante.

Regresa con el botiquín en sus manos. Toma suave la cara de YoonGi para empezar a limpiar la sangre seca en su labio.

— ¿Fue uno de los imbéciles para los que trabajas? — cuestiona con enojo.

— No quiero hablar ahora. — hace una mueca de dolor.

— Yoon...

— No insistas, por favor.

Terminó de curarlo y le sirvió un vaso de agua.

— Prefiero Whisky —bromeo tratando de alivianar el ambiente.

— Tonto — golpeó suavemente su hombro con una sonrisa en los labios.

— Si justo así, sonríe. No dejes de sonreír, por favor.

Sonrió aún más amplio para su hermanito.

— ¿Así?

— No, así pareces una psicópata — ahora el golpe en su hombro fue más fuerte. Su rostro se desfiguró en una mueca de dolor.

— Lo siento, lo siento mucho, no me acordaba. — se acercó preocupada.

— Está bien. No te preocupes, Yuqi.

(...)

Mierda, mierda, mierda.

Había metido la pata y muy hondo.

No pensaba que el tipo fuera alguien de la mafia.

JiMin, era una reunión de eso, de la mafia.

Ahg

La puerta se abrió.

— JiMin.

— ¿Si?

— Nos vamos, empaca todas tus cosas.