Capítulo 6.

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— Jeon. Salieron de la casa, los estoy siguiendo— guarda su celular y sigue el auto hasta una cafetería.

Winter Bear.

Entra por las puertas de cristal. Al fondo en una mesa están Jhope y Jimin, alguien más los acompaña, pero no puede verlo bien porque le da la espalda.

Seguía concentrado que no se da cuenta de la presencia de la camarera hasta que ella carraspea llamando su atención.

— Un milk-shake au chocolat— la joven le sonríe y escribe en su libreta el pedido de Min. Cabello rubio en un moño desordenado, ojos miel y pecas, le devuelve la sonrisa. Se dirige a la cocina perdiéndose de la vista de Yoongi al cruzar por unas puertas azules.

En unos minutos vuelve con el pedido, lo deja sobre la mesa y sigue con su trabajo.

Por otro lado en la mesa que compartían Hoseok, Jimin y Taehyung. Estaban absortos en un silencio muy incómodo.

— ¿Entonces...? — Tae rompe el silencio.

— Hoseok— llama el más bajo— ¿nos podrías dejar a solas? Por favor— Jung se lo piensa pero acepta.

— Tienen 15 minutos— se levanta de su asiento y sonríe al distinguir el color de cabello de Yoongi. Se acerca con cautela, al estar detrás de Min pone sus manos en sus hombros agarrándolo desprevenido.

— Eres una mierda como espía. — La mirada de Yoongi es de total confusión ¿Cómo lo reconoció?— Tu cabello— Responde la pregunta que reflejaba el rostro de Min. Toma asiento en la silla frente al pelimenta —. No me digas ¿Jeon? — No espera a que conteste— claro que se trata de Jeon.

— ¿Y quién más si no es él? — Toma un sorbo de su malteada— ¿Quién es el chico?

— Su mejor amigo, o bueno, eso dijeron.

— ¿De qué hablan?

— No tengo ni la menor idea— gira en dirección a la mesa de Jimin y los ve hablando.

— Aceptaré el trato.

— Eso es secuestro Jimin— dice el castaño.

— Si, eso es. Pero no pienso estar más de una semana allí, veré las maneras de escapar y para eso los necesito a ti y Jin.

— Pero Jin ya está trabajando.

— Pues será en un día que descanse. No pienso estar por mucho tiempo cerca de ese imbécil y sexy maniático.

— ¿Sexy? — levanta una ceja. Las mejillas de Jimin se tornan violentamente de rojo.

— Es... Pues, o sea... es guapo, pero es un imbécil y está loco— balbucea.

— Sí, claro— disimula una sonrisa.

— No te hagas ideas equivocadas Tae, no tendré ningún síndrome de estocolmo, ni nada por él — dice firme —. En una semana ya estaré muy lejos.

— Ya veremos, dijo el ciego— murmura.

— ¿Qué dijiste?

— Que ya veremos cómo huyes.

— Aja— dice no muy convencido— tenía en mente decirle al chico que me acompañó; Hoseok, que necesito ir de compras y cuando esté distraído, huir.

— Eso podría funcionar, pero necesitaríamos estar en contacto para saber a dónde irás.

— Tienes razón — muerde su labio nervioso— veré como consigo mi celular. Tae, ¿sabes algo de Nahuel?

— Nada, es como si la tierra se lo hubiera tragado, lo llame unas cien veces y le escribí otras cien, pero no hay respuesta.

— Se acabaron los 15 minutos— regresa Hoseok— es hora de irnos, Jimin.

365 DÍAS [KOOKMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora