El tan esperado día de brujas había llegado con una ventisca algo fría, pero eso no detendría a los pequeños Taisho quienes desde temprano habían alistado sus trajes y esperaban el momento para comenzar a cambiarse.
- Keitaro, Sayumi, les tengo una noticia
Sesshomaru había llegado hasta la estancia donde los pequeños realizaban sus tareas, Aome también se encontraba en el lugar, puesto que cuidaba de los niños. Sesshomaru se traía algo entre manos, Aome lo conocía tan bien, sabia el motivo de cada uno de sus gestos habituales. Por lo tanto, solo significaba algo y tenía que ver con Kagura. En todo lo que llevaban del mes, Aome había aprendido que todo estaba relacionado a ella.
- Kanna y Hakudoshi irán con ustedes a pedir dulces
Aome pudo ver por la expresión en el rostro de los niños que esa idea no les agradaba en absoluto y Keitaro fue el primero en hacérselo saber a su querido padre.
- No quiero – La vocecita del mayor de los niños Taisho llegaba hasta los oídos de Sesshomaru quien poco a poco comenzaba a fruncir el ceño al no entender la negación de su primogénito
- ¿Qué es lo que pasa Keitaro? – Preguntó Sesshomaru con total calma, pero aun sin dejar la expresión seria que era usual en el
- No me agradan – Reafirmó con total seguridad el niño
- Eso es porque no los conoces bien – Sesshomaru se inclinó hasta quedar a la altura de su hijo, quien le daba la espalda en señal de enfado – Debes de convivir más con el
- ¿Por qué? – Cuestiono Keitaro al escuchar las palabras de su padre.
"Si Taisho, ¿Por qué?" Aome también deseaba tener la respuesta a las insistencias de Sesshomaru por que sus hijos convivieran con los de Nakamura. El dueño de la gran mansión no contesto al cuestionamiento de su primogénito, se limitó a verlo y dedicarle una mirada que el niño no supo descifrar, pero que le daba la sensación de que su padre se encontraba molesto. No era la respuesta que el pequeño esperaba, deseaba saber por qué su padre tenía de amiga a la señorita Kagura y su insistencia en que pasara tiempo con aquellos niños tan diferentes a ellos.
Aome miraba a padre e hijo, ninguno de los dos decía nada, un momento incomodo se había establecido en la habitación y Sayumi también lo sintió al removerse incomoda en su asiento. Ansiaba la respuesta tanto como Keitaro, pero sabía que Sesshomaru no respondería, se alejaría como siempre lo hace cuando no desea responder cuestionamientos. Lo conocía de toda la vida y sabía que, aunque pasaran los años, había cosas que no cambiaban.
Dicho y hecho, Taisho abandono la habitación tan rápido como un suspiro dejando a los presentes con más dudas que respuestas. Aome sabía que Keitaro se encontraba frustrado por la evidente evasión de su padre, así que no lo agobiaría más y trataría de que olvidara lo que había pasado.
El reloj marcaba las cinco de la tarde, los pequeños Taisho ya se encontraban listos y solo esperaban a que los hijos de Kagura llegaran. Sayumi estaba más que emocionada, se le podía notar en su carita y los pequeños saltitos que daba alrededor de Aome, quien sonreía al verla tan feliz, no podía decir los mismo de Keitaro, que se encontraba serio tras aquel disfraz pirata que semanas atrás había comprado.
- Keitaro, cariño ¿Qué es lo que tienes? – Pregunto Aome al llegar al lado del pequeño
- Nada – No la miro, siguió mirando aquel viejo jarrón que había en la estancia
- Se que algo te pasa, puedes contarme si así lo deseas – Hablo maternalmente la chica
- Es solo que...no me agrada la idea de ir con aquellos niños
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Cartas de media noche
FanfictionAome siempre se imagino encontrar al hombre perfecto con el cual compartir sus vida entera, casarse y forma una familia con el, lo que nunca penso que el hombre de sus sueños fuera Sesshomaru, su mejor amigo. Pero una simple noche lo cambiaria tod...