C'mon Love Me!!

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                           -Secreto-

Habían pasado ya unos días desde el gran descubrimiento (según Horacio).
Pero parecía seguir con su racha de mala suerte, pues después de aquello no lo había visto ni en las prácticas ni por el campus, pareciera como si aquel chico estuviera huyendo de su mirada o simplemente hubiera desaparecido.
Sin más, decidió dejar aquel asunto aún lado, pensaría en aquello en otra ocasión.

Había algo más importante en que concentrarse en ese momento, pues corría el rumor de que el equipo contrario contaba con una nueva jugada, por ende, ellos debían mejorar la suya.

Así que nuevamente todos los chicos del equipo de futbol americano se encontraba en el campus bajo el deslumbrante sol a punto de terminar otro día de entrenamiento.

-Vamos chicos! Últimos pases y nos vamos!- grito el coach, todos los chicos respondieron con un simple quejido.

Llevaban ya una semana entera entrenando una hora extra, y sin duda aquello los tenía muertos.
Antes de continuar con su tortura, Horacio camino hacia su mochila para tomar su botella de agua casi vacía y beber de esta.
Ante esto, algunas de las chicas del equipo de porristas hablaban de algo que sin duda captó la atención de Horacio.

-Los nuevos uniformes son hermosos! Sin duda opacáremos al equipo contrario- comentó una chica alta y pelirroja.

-Dios, pues ya se tardaban en conseguir el nuevo uniforme, el que tenemos ya está fuera de temporada, necesitábamos algo más fresco- comentó otra chica castaña mientras amarraba las agujetas de sus pulcros tenis color blanco

-Que pasara con los uniformes actuales?-

-La entrenadora dijo que podíamos dejarlos junto a los uniformes que nunca se usaron, ya sabes, en el último casillero-

Aquello sin duda captó la atención del chico, “Que nunca se usaron?” pensó algo emocionado.
No tenía idea de eso, y sin duda le emocionó.
Una vez las chicas se fueron, Horacio hizo lo mismo pero con una nueva idea y plan en su mente.

Aquello era perfecto! Pensaba feliz, pues debido a que era el corredor estrella de la escuela, hacía que varios mantuvieran su mirada siempre en el, y la imagen que le habían dado ya era asfixiante.

No podía ser por completo como el quisiera, temía deshonrar a sus superiores o amigos.
Tenía miedo que le vieran mal... o que lo rechazaran.

Horacio no era idiota, sabía como eran sus compañeros y humor o actitud de estos.
Sin pensarlo más, corrió hacia sus compañeros para seguir con el entrenamiento, no era momento de pensar en esas cosas.

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-Joooder, vaya día- comentó harto uno del equipo, quien terminaba de colocarse la camiseta después de una pequeña ducha en los baños.

-Ya... pero hey, irás a la fiesta hoy? Será en la casa de Sloane-

Todos se emocionaron ante la breve y repentina invitación, menos uno, cosa que llamo la atención del equipo.

-Que pasa Horacio? Desde hace rato te ves distraído, anda hombre, vamos a la fiesta a despejar la mente-

Aquel cometario y el pequeño golpe en el hombro sacaron a Horacio de sus pensamientos; pasó su mano por donde recibió el golpe y lo sobo un poco, odiaba que hicieran aquello.

-Mmm, no lo creo, debo regresar a terminar tareas atrasadas-  mintió con lo primero que se le vino a la mente.

Era obvio que no quería ir, tenia algo mucho mejor que hacer.

-Seguro? No puedes hacerlo mañana?- insistió el chico.

-Seguro! Para la próxima los acompaño- y de esa manera logro convencer a los demás.

De poco a poco empezaban a dejar los casilleros, hasta que por fin se había quedado completamente solo.

-Perfecto- dijo el de cresta para si mismo.

Se apresuró en terminar de colocarse su playera y sus tennis y camino hacia los casilleros del equipo de porristas.
Se aseguró que no hubiera ninguna chica dentro, cosa que agradecía al ver que no había nadie.

-Ultimo casillero, último casillero- susurraba nervioso ante lo que estaba por hacer.

Temeroso y nervioso camino veloz hacia este y lo abrió.

Y como si de un tesoro se tratase, su cara se iluminó y sus ojos brillaron ante lo que veía.
Una par de trajes de porristas se encontraban perfectamente doblados en este.
Emocionado, Horacio tomó una de las faldas que había y no podía estar más feliz al saber que era verdad

lo que decían las chicas.

-Son hermosas, como es que nunca se usaron?-

Sin rodeos, Horacio dio un último vistazo hacia la puerta para asegurase que no hubiera nadie, y al comprobarlo, una pequeña risa salió de sus labios.

-Solo será rápido-

Desdobló la falda, la tomó la cinturilla y con algo de pena la midió con su cintura.

-Mmm, está chica- pensó algo triste.

-Tal vez está?- dijo con ilusión al ver que había otra falda. Pero al hacer lo mismo noto que incluso podría estar más pequeña.

Frustrado, mordió la falda y la jalo un poco con sus manos.

-Que coñoooo?! Como pueden estar tan pequeñas?!- comentó aún mordiendo la falda, pero la soltó al escuchar una voz detrás de él...

-Que haces?- le pregunto un chico.

Tenía miedo, esa voz le dio escalofríos. Pues era una voz algo gruesa y con un evidente acento ruso, aquello sin duda alteró los sentidos de Horacio.
Al girarse y dar cara a la persona que lo había descubierto, pudo sentir como su rojo se teñía de rojo al ver de quien se trataba.

-Volk! A-Ah! Yo!- sin saber que hacer guardo la falda de nuevo en el casillero y cerró la puerta de este.

-Emm... Eres porrista también?- comentó Volkov con algo de duda.

Sin duda, no era su día de suerte.

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Heeeyy, Qué pasa?
Primera vez comentando al final de un cap.
Vengo a preguntarles el como les esta pareciendo esta historia.
Les gusta? Les emociona?
Etc etc.

Bye, era todo♡
Jajajja, esperen las demás actualizaciones, tanto de esta historia como las demas♡