Capítulo III

153 32 8
                                    

Trigger warning

Proceder con precaución, violencia bastante explícita.

_______________________


Wei Wuxian tenía seis años cuando su abuela le explicó qué era exactamente. Desde que tenía memoria, él y su abuela vivían en una casa muy bonita, en un vecindario tranquilo, en Yiling. Sin embargo, él no recordaba nada de sus padres. La señora que lo acogió de las calles se había dedicado a cuidarlo desde que era un bebé. 

Un día, ella se sentó con él. No tenía permitido salir mucho de la casa, y tampoco iba a la escuela, todo lo que sabía lo había aprendido gracias a su abuelita, ella siempre le traía libros para que se mantuviera entretenido. Gracias a que era bastante perspicaz para su edad, no tardó en notar que la comida que él comía era diferente a la de ella, era roja y con sangre, a veces el olor que sentía de ésta podía sentirlo también provenir de la anciana, pero nunca se atrevió a preguntar creyendo que no era nada extraño.

Sin embargo, un día probó la comida de la señora, y no pudo contener las ganas de vomitar, su cuerpo ni siquiera pudo soportar un pequeño bocado antes de que las arcadas llegaran, el sabor viscoso de la comida era similar a comer una piedra o lamer el suelo. Era tan desagradable que nunca quiso intentarlo otra vez.

Pero ese día, la señora le explicó, le habló suavemente de cómo lo había encontrado, diciéndole que era apenas muy pequeño cuando ella lo tomó en brazos por primera vez, sus llantos había sido lo que la atrajo a ese callejón. Dijo que no sabía nada de sus padres, ni lo que había pasado con ellos, solo pudo saber su nombre gracias a que estaba escrito en la manta que apenas cubría su cuerpo pequeño. Aunque lo siguiente que explicó fue aún más importante para él.

A-Ying, tú eres especial, ¿sabes por qué?—preguntó, a lo que el niño negó, curioso. —Seguro notaste que tú y yo comemos cosas distintas, ¿no?— asintió, haciendo una mueca de asco al recordar esa comida a lo que la mayor se rió. —Bueno, eso es porque...Tú eres un ghoul— dijo.

—¿Un ghoul? ¿Cómo esos de los que se habla tanto en la tv?— ella asintió. —Pero...Pero ellos son malos...¿A-Ying es malo?— preguntó, angustiado. Él no era malo, él quería mucho a su abuelita y amaba jugar con ella, nunca se portaba mal.

—Oh, no, no, A-Ying. Mira, en este mundo hay gente buena y mala, y así como hay gente buena o mala, para los ghouls es igual. Seguro muchos no quieren lastimarnos, pero muchas veces no tienen de otra que hacerlo porque no tienen otra forma de vivir...Ellos no pueden comer lo que nosotros, les hace mal...Por eso tienen que alimentarse de- —

—¿De lo que A-Ying come? ¿Esa carne roja?— preguntó inocentemente, lo que siguió hizo que se horrorizara.

—Mn...Eso es...Carne humana—

—¡¿Qu-Qué?! ¡Pe-pero! ¡A-Ying no quiere lastimar a nadie! ¿A-Ying está lastimando a alguien por comer?— 

—No, A-Ying. Lo que tú comes no...— suspiró. —No estás hiriendo a nadie al comer—

—¿N-no?—

—No.—

—¡A-Ying promete nunca hacerle daño a nadie!—

De verdad quería mantener esa promesa.

.

.

.

A sus ocho años, entendió que eso no sería posible. Que si quería sobrevivir en ese mundo, alguien tendría que salir herido, siempre. 

Lo entendió el día que su abuelita y él salieron de la casa, irían a un lugar llamado 'parque', y Wei Ying estaba muy, muy emocionado porque la señora le dijo que habían muchos juegos y que sería divertido, por lo que se la pasó todo el camino dando saltitos de emoción y preguntándole a su abuela cuándo llegarían al parque, a lo que ella solo reía y respondía que no faltaría tanto.

Sin embargo, cuando estaban regresando más tarde ese día, ya estaba empezando a anochecer por lo que los caminos se encontraban vacíos o sin mucha gente, la noche silenciosa y pacífica en lo que regresaban hablando tranquilamente de lo que podrían hacer el día siguiente. Había sido la primera vez que salía de esa casa y la había pasado genial, y, como se había portado muy bien, la abuela dijo que regresarían más veces. En toda esa charla, no notaron que los estaban siguiendo.

No pasó mucho cuando tres sombras los rodearon de repente, un olfateo de Wei Ying le confirmó que no olían como su abuelita. Esta gente, en cambio, eran ghouls. Él jamás había visto otro ghoul en su vida, solo había podido oler a su abuelita y a la gente de algunas tiendas cuando compraron ese día algunas cosas en el camino, por lo que el hecho de que estos tres no olieran así hizo que lo notara rápidamente.

Su abuelita lo ocultó detrás de él, siendo que los tres ghouls enmascarados estaban cada vez más cerca. 

Lo único que recuerda fue a su abuelita empujándolo al suelo cuando algo gigante y de colores oscuros los había atacado. Al ver, este atravesaba a la señora por el estómago, su cuerpo viejo apenas resistiendo.

—¡Abuelita!— chilló asustado, apenas el cuerpo cayó, se apresuró a ir y arrodillarse junto a ella, llorando. —¿Abuelita?—

Esta lo miró unos segundos, le sonrió e intentó extender su mano hacia su rostro, sin embargo, aquel cosa que la había herido regresó inmediatamente y volvió a clavarse, esta vez en su rostro. La sangre salpicó y manchó su cara, el olor metálico dulce llegando a su nariz.

El olor a muerte.

Empezó a gritar, las lágrimas cayéndole por las mejillas.

Uno de los ghouls se había acercado cuando Wei Ying se alejó, sin mirar al niño, que parecía a punto de orinarse encima del terror, se agachó frente al cuerpo, dejando que el otro viese con horror el como el brazo de la persona que lo había cuidado durante todo ese tiempo se desprendía de su cuerpo. Sintió como la bilis subía a su boca cuando el otro se levantó la mascara y llevó sus dedos ensangrentados a su boca antes de lamerlos, sin poder contener las ganas de vomitar, se movió a un costado y dejó salir su almuerzo.

Cuando levantó la cabeza, otro de los ghouls había avanzado hasta él y lo agarró de su pelo, tirando de él fuertemente para que lo viese. Entonces vió como esos ojos brillaban a través de la máscara. Vió cómo éste se sorprendía luego de ver su rostro y afirmaba el agarre en su cabeza.

—¡Miren esto muchachos! ¡El mocoso es un solo ojo!— tomándolo de su cabello hizo que se levantara, dolía bastante pues las uñas del otro se enterraron en su cabeza, tirando de ésta. —¿Qué hacemos con él?—

Uno de los otros rió, acercándose, —Dicen que saben mejor que un humano, ¿deberíamos comprobarlo?— al escuchar eso, los ojos plateados del niño se abrieron, alarmado.

¿Planeaban...comérselo? 

La adrenalina recorrió su cuerpo, su mente en blanco con un solo pensamiento que hacía a su espalda temblar de la impotencia; Lucha.

Ni siquiera se dió cuenta lo que había ocurrido luego que el mundo se pusiera negro, cuando volvió a la realidad, escuchó sin problemas como los tres ghouls gemían del dolor.

Esa había sido la primera vez que usaba su kagune.

El tiempo siguiente, lo pasó en las calles. Sobreviviendo.

_______________

Palabras: 1206


Siguiente capítulo:

Yiling


¿dije antes que muchas veces los capítulos no seguirían un orden especialmente cronológico? ¿no? oops.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 26, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Three Shades  [Wangxian-TG-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora