Eren Jaeger | One-Shots | •[Sɴᴋ]•

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Endulzante tranquilidad
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―¿Cómo estuvo tu día? ―Preguntó la chica quien se apoyó en el mueble de la cocina mientras comía una manzana con cascara.

―Fatal, el estupido de Jean me molesta todo el tiempo y Connie para colmo le sigue el juego. ―chistó. Movia sus manos frenéticamente haciendo sufrir a los pobres platos quien por un reto, ideado por Jean, Eren perdió dejándolo humillado y más de mil platos por lavar.

―Jean y Connie son buenos chicos, seguramente quieren ser tus amigos... solo que tienen un carisma bastante particular. ¿No sería bueno darles una oportunidad?

―¿Qué? Ni loco prefiero ser comido por un titan antes de ser amigos de ese par de idiotas. ―La chica rio a lo que Eren la miró de mal modo.

―Hey, no me mires con esa cara ―le codeo su brazo a lo que el contrario sonrió levemente apartando su rostro al de ella ―. Dame un beso.

El moreno observó a su alrededor, sin nadie en la cocina se acercó a los labios de la contraria rapidamente, sorprendiendola. Ese choque de labios fue solamente un pico, Eren al separarse prosiguió con su labor.

―Me conformo. ―Media insatisfecha por el beso siguió masticando su manzana.

―¿Me ayudas a lavar?

―Claro que no, cielo, si te ayudo tendré que darles a cada uno de mis hombres una excepción cuando les toque asear. No seré la ayudante de nadie.

El moreno dejó salir un suspiro pesado y con su ceño fruncido asintió, la Sub capitana rio por debajo. Se acercó abrazandolo de su costado mostrándole con sus facciones lo cuan enamorada estaba, aunque este no la veía, sentía su sonrisa juguetona y su calor corporal. Se puso de puntitas alcanzando su mejilla posando sus labios en ese sector.

―Te veo mañana, cielo.

―Descansa. ―Eren le sonrió lindamente con un sonrojo en sus mejillas. No estaba acostumbrado a los nombres cariñosos de su querida novia, por lo cual se terminaba avergonzando.

•••

Después de varias semanas sin descansar del arduo entrenamiento, al fin tuvieron su merecido descanso, que pocas veces coincidían sus días libres, ya que como son de distintos rangos sus salidas a solas eran muy escasas.

Los dedos ásperos de la mujer se encontraron contra la palma del moreno, quien pegó un leve salto al sentir su cálida mano entrelazada contra la suya.

―No te preocupes, no hay nadie por aquí. ―Con una sonrisa confiada se apego al cuerpo -un tanto fornido- de su pareja.

Eren se preocupaba bastante de que nadie descubra su relación de más de 5 meses, en cambio la joven a su favor lo molestaba sin pudor, disfrutando de ser, posiblemente, descubiertos en diversos actos.

Su cita era magníficamente simple, pasar la tarde juntos lejos del murmullo de la población, compartiendo sus gustos y anécdotas mientras disgustaban sus platillos caseros.

―Llevo un mes sin ser pateado por Levi, espero seguir así, ya no quiero saber nada de sus patadas voladoras. ―suspiró aterrado recordando que cada vez que se portaba mal indicaba tener dolores de espalda durante días por los pies chiquitos, pero poderosos de su capitán.

―Eso es bueno, de tantas patadas debe haberte dejado un trauma o un elección, yo haría lo mismo.

―Gracias por apoyarme ―Sonrió sarcásticamente escuchando la risa de su novia.