Eren Jaeger | One-Shots | •[Sɴᴋ]•

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Sesión de Besos
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Un día nomal donde la luz del sol abrazaba la piel humana llenandolo de calentamiento y transpiración. La Legión de Reconocimiento finalizó su entrenamiento hace menos de unos minutos atrás, los únicos que seguían entrenando por su voluntad propia fueron los dos enamorados.

—N-no aguanto más. —comentó la joven cayendo de rodillas al suelo. Los jadeos era lo único que salía de su boca, y el intento que el aire regrese a sus pulmones.

—H-hay que seguir... sólo un rato más. Vamos. —dijo el castaño jadeante.

—No, idiota, ya no doy más y tu tampoco. Descansamos o me voy bien a la mierda con mis amigas. —reclamó la muchacha ya cansada de las exigencias del chico.

—Esta bien...

Caminaron a pasos vagos hacia su árbol de descanso.

—Es todo por hoy, y sin peros —habló demandante viéndole con el ceño fruncido—. No puedes sobreexigirte demasiado, estupido.

—Perdón, T/N, algunas veces me olvido sobre lo que siente mi cuerpo. —Pasó sus dedos por su cabello mostrando una torpe sonrisa.

—Te perdono sólo por esta vez, ¿Oiste? —asintió con su cabeza el receptor.

Fueron la ultimas palabras que se escucharon al rededor de aquel gran árbol, reposaban sus cuerpos en el tronco común.

Eren miró sobre su rabillo del ojo a la joven que se encontraba relajando sus párpados dejándose llevar por el agradable viento del atardecer. Llevó sus pupilas hacia las manos femeninas que reposaban en el regazo de ella, su imaginación flotaba a miles de escenarios donde sostenía esta misma, sus mejillas se calentaban terriblemente con cualquier pensamiento romántico. Tragó saliva con nerviosismo dando por primera vez su primer paso físicamente en la relación -Eren no es el tipo de chico que demuestra su amor tan abiertamente-, guiando sus manos masculinas hacia las ajenas.

Abrió sus ojos perpleja, girando su cabeza hacia su pareja; terminó aceptando su gesto, regalándole una gran sonrisa. Admiraba el gran paso que dio dado que ella era la que se encargaba de llenarlo de amor.

Sus labios formaron una sonrisa enternecedora y con gracia por como el adolescente miraba hacia varios lados intentando no encontrarse con los de su pareja.

Se acercó rápidamente al lóbulo de la oreja del chico de tez morena mordiendo levemente esa zona. Reía de la expresión del chico espantado por la inesperada acción.

—¿T-T/N, que haces?

—Hhm, nada, simplemente me gusta molestarte. —La joven apretó aun más las manos entrelazadas. De un rápido movimiento sus dos piernas se encontraban a cada lado de las caderas del castaño.

—Tierno... —caturreó observando aquellos labios carnosos tentadores de ser probados; sin aguantarse más se acercaba lentamente ante su droga adictiva. Él impactado por todo lo que estaba pasando demoró en aceptarle, pero al sentir los movimientos calmados llenos de amor se dejó llevar gustosamente.

Se separaban unos pocos centímetros para unirlos una vez más, disfrutaban su tiempo a solas pensando solamente en el otro, dándose amor, calidez y tranquilidad. La joven posó su mano libre en las mejillas ruborosas de su acompañante brindandole suaves caricias con su dedo pulgar. Mientras tanto, Eren se enriquecía de las muestras tan cautivadoras y llenas de cariño de su amada, su pecho desbordaba una ardiente sensación cálida; sumamente feliz. Le acariciaba gentilmente el muslo de la chica.