Eren Jaeger | One-Shots | •[Sɴᴋ]•

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Promesas a medianoche
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En una zona apartada de la población, un niño prestaba atención a los múltiples sonidos que la naturaleza le brindaba.
A punto de quedarse dormido se vio interrumpido al escuchar, claramente, un grito llamando a su nombre. Desde su posición miraba a todos lados buscando quien es el dueño de aquella voz.

Sus ojos captaron a una pequeña figura que iba corriendo hacia su dirección, achicó sus ojos tratando de visualizar.

—¡Eren!

—¿T/N? —musitó dubitativo. Caminó lentamente hacia el cuerpo de la contraria, con cada paso que daba le permitía su vista ver la expresiones de la niña, se alarmó al verla llorando y con sus mocos cayéndole— ¡T/N!

—¡Ayúd-dame! ¡Ayúdame! —exclamó apresuradamente. Su respiración agitada le impedía articular las palabras que recitaba. Mostró lo que reposaba en sus pequeñas manos, era un animal herido— N-no sé que hacer. Ay-y-yúdame, p-por favor. ¡Tiene sangre!

La niña alterada hablaba sin cesar, mejor dicho balbuceaba todo lo ocurrido, pero Eren no le comprendía. Posó sus dos manos en los de ella, observándola fijamente.

—Cálmate un poco —dijo sosiego—. Lo llevaré a mi casa, mi padre sabrá como curarlo, ¿Si? —La niña asintió absorbiendo el aura pacifica del chico.

Con cuidado el castaño envolvió al pichón con su bufanda roja que anteriormente rodeaba su cuello.

—Ven. —Le extendió su mano esperando que ella le acepte.

—M-Muchas gracias, Eren —alargó la ultima palabra mientras aumentaba su llanto. Como si fuera pegamento, la joven se adherido a él, empezaron su viaje hacia la residencia.

•••

Esperaban afuera de la casa, sentados en el pasto.

—¡Hey, deja de llorar! Ya te dije que va a estar bien. —La niña exaltada se tapó la boca enseguida para no molestarlo con sus sollozos.

—L-lo lamento... es que... lo he visto caerse del árbol, y no pude hacer nada por él, llegué demasiado tarde para rescatarlo... —Limpiaba con su mano libre su rostro destrozado de lagrimas y mocos— Es mi culpa que esté lastimado.

—No es culpa de nadie, el pájaro es idiota.

—¡No seas malo! Ese pichón solamente quería volar y poder traspasar esas murallas, pero se cayó...

Eren no continuo la charla, miró de reojo a su querida amiga cabizbaja. Por instinto, se arrastró arrodillado al frente de ella, le revolvió su cabello suavemente combinado con algunas palmaditas, con su otra mano secaba las mejillas humedecidas y suavemente ruborizadas. Ella lo miraba sorprendida, sintiendo una extraña calidez en su estomago. Sonrieron levemente.

Los ojos de la chica se deslizaron hacia un lado de la cabeza del castaño, observó como una persona se acercaba a ellos con una caja mediana entre sus manos; era el padre de Eren, Grisha Jaeger. La muchacha se paró abruptamente apartando las caricias del niño, corrió a velocidad de la luz en busca de noticias del pichón.
Eren desconcertado la seguía con la mirada estando en su posición inicial. Supuso que su padre logró salvar al pajarito dado que vio a la niña saltar de alegría mientras abrazaba al salvador.

•••

Una noche normal para la familia Jaeger y una invitada nocturna, los dos amigos hablaban trivialmente apreciando por la ventana del cuarto las estrellas brillantes.

—Cuando se recupere tendremos que liberarla.

—Lo sé. Seguramente, ya quiere encontrarse con su mami. —Con gentileza mimaba la cabeza del pichón de pocos días de haber nacido.

—¿Por qué fuiste por mi ayuda? —Preguntó súbitamente.

—Hm, sé que toda mi familia son doctores, pero no quise ir por ellos, fue una reacción del momento mi cabeza pensó en ti —aclaró con una visible sonrisa—. Eren, sé que siempre estarás dispuesto a ayudarme, me aguantas tanto en mis locuras.

—Claro que sí. M-me gusta estar contigo, me divierto mucho con tus locuras.

—¡Yo tambien siento lo mismo!Gracias por ayudarme y consolarme... de verdad lo aprecio, aunque hoy te trate un poco mal. —dijo risueña posando su palma en la zona de su latir.

—No pasa nada eran las emociones del momento.

—Espero que nuestra amistad jamas se acabe. ¿Te imaginas siendo nosotros dos ancianos? ¿No sería grandioso vivir juntos? ¡Yo seré el hombre de la casa!

—¡No es justo! Yo haría ese trabajo, soy más fuerte que tu. —Los dos jóvenes reían por las ocurrencias que se imaginaban en su vida de grande con el otro.

La niña alzó su meñique esperando el contacto del moreno. Él curioso por su propuesta terminó entrelazando su dedo con el de ella.

—¡Estemos unidos por siempre, Eren! En las buenas y en las malas jamas separarnos, ¿Qué dices?

—¡Acepto! —cantaron una corta canción para cerrar su promesa que perdurará en el tiempo. La joven antes de separarse, beso el dedo del chico, este imitó la misma acción. Los niños se preguntaba que era la extraña sensación que sentían en sus estómagos por segunda vez en el día.

Afuera de esa habitación, dos adultos escuchaban la conversación.

—En algún momento se daran cuenta. —susurró Carla.

—... Seguramente. —sonrió por la felicidad que tendrá por varios años su querido hijo junto a su amiga.

✩｡:•.───── ★ Fin ★ ─────.•:｡✩

854 ᴘᴀʟᴀʙʀᴀs
06/06/21
7:38 ᴘ.ᴍ