Capítulo 2

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No sé cuánto tiempo estoy aquí en esta horrible casa, sin hacer nada ni que estuviera de adorno ¿no?, burlarme de mi mismo hacia que la situación no se viera como en realidad es triste no creen.

Todos los días solo venían guardias trayendo comida no muy buena, mis gustos nunca fueron excéntricos pero de todas formas no era de mi agrado.

No había ninguna pista de Urss, solo lo vi tres ocasiones y todas eran para que entrara en esa puerta que estaba prohibido entrar, lo más extraño que ví fué que él era el único quien podía entrar ahí.

Tenía curiosidad por entrar ahí, talvez había planos o cadáveres incluso esclavos, no tenia idea pero si sé que cada vez que Urss sale de ahí era con una sonrisa.

El era conocido por nunca mostrar una sonrisa y estar siempre serio, aunque estuviera intrigado no podía hacer nada solo se podía entrar con una llave y obviamente yo no la tenía.

Sin nada más que hacer me apoyé en esa puerta no escuchaba ningún sonido, me decidí a tomar una siesta sin tener miedo de ver a Urss, él solo me ignoraba.

Estaba a punto de dormirme.

"Toc toc"

Un golpe.

Escuché bien alguien golpeó en la puerta,me moví rápidamente y acerque mi oreja.


—¿Hay alguien ahí?

"Toc toc"

Entonces no fue una alucinación, ¿Me puedes escuchar? Un golpe para si dos para no.

"Toc"

Entonces si había alguien ahí pero ¿Quién? Me acerqué para escuchar mejor pero escuché alguien detrás mío decir.

—¿Qué estas haciendo ahi?

Una voz gruesa preguntó, no quise voltear porque sabía quién era, me maldecía cada ves porque sabía que estaba en problemas.

—Oh, hola Urss hace cuanto que no nos vemos.

Me tenía que hacer el desentendido y gracioso tal ves me salvaría de esta.

—Repito, ¿Qué haces aquí?

—Pues tu sabes me dio sueño y quise dormir acá donde el suelo está blandito y eso.

Eso sigue así tal ves se lo crea.

Me miró confundido por mi respuesta, tenía que distraer lo para que no sepa que descubrí que había alguien ahí.

—¿Ya has comido?

—No.

Después de decir eso me arrastró lejos de aquello puerta dispuesto a dejarme en mi habitación.

—Pues que tal si te preparo algo que te parece, tal ves pienses que un príncipe no sabe cocinar porque tiene sirvientes pero se hacer tacos una receta de mi madre y eso-

—Si haces eso dejaras de hablar.

Asentí hacerme el tonto hacia que Urss hablara más de lo usual.

—Si, general de inmediato lo hago.

Urss se volteó y caminó hacia la cocina, hice que Urss se sintiera cómodo conmigo y aceptara que le cocinará. Me sentía confundido el no era así con nadie, pero debía aprovechar esta oportunidad.

Tal ves si yo le agrado ya no pensará en asesinarme.

Ya en la cocina empecé a cocinar rápido mientras sentía a URSS mirarme por la espalda me sentí intimidado, no estaba feliz.

Celos -EDITANDO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora