Los caballeros enseguida se pusieron de pie y pagaron la cuenta, no tuvieron que hacer fila para ingresar a la fiesta de la Universidad a causa de las influencias de uno de ellos, quién enseguida consiguió los boletos; posterior a eso caminaron al interior de la discoteca decorada con globos blancos; mientras muchos jóvenes danzaban en la pista al ritmo de: «Don't Stop The Music by Rihanna»
Muchas jovencitas sonreían y coqueteaban con los apuestos caballeros que permanecían de pie junto a la barra de la discoteca y, observaban el baile de muchas de ellas, quienes con sensuales movimientos atraían la atención de varios chicos.
Entre tanto Iván, en medio de las luces parpadeantes buscaba con la mirada a la misteriosa muchacha, a lo lejos la divisó, sonrió al ver como sus amigas la halaban de los brazos para llevarla a la pista de baile, al parecer ella se negaba, él se recargó sobre la barra prestando atención a la disputa de las jovencitas, observó entonces como ella se daba por vencida y era arrastrada al medio del salón.
Entre tanto los amigos de Iván, sin pérdida de tiempo se acercaron a las dos jóvenes que acompañaban a Paloma, para bailar con ellas, dejando a la morena sola en medio de la pista; cuando ella se disponía a regresar a su lugar la sensual voz de un hombre la sorprendió:
—¿Bailamos? —inquirió observándola de cerca con aquellos ojos azules profundos, mientras mostraba su blanca dentadura debajo de aquellos labios gruesos en una amplia y seductora sonrisa.
Paloma, se quedó sin aliento ante la presencia del atractivo hombre, sintió sus piernas temblar al recorrerlo con su mirada: empezó por el reluciente calzado de cuero café que lucía esa noche y que hacía juego con el pantalón de mezclilla negro, combinando a la perfección con aquella camiseta blanca de cuello en V, que resaltaban sus firmes pectorales, además que el blazer azul claro le daba un toque sofisticado pero moderno a la vez; ella emitió un suspiro involuntario cuando observó el rostro de Iván, y su perfilada barba, su nariz respingada, además de esos ojos que la derretían y que le recordaban a los de alguien que ella no lograba recordar.
—Bueno —balbuceó con timidez, después de esos minutos en silencio, sin poder resistirse a él, empezó a mover su cuerpo al ritmo de la melodía para no demostrar su nerviosismo.
Iván, no le quitaba la mirada de encima mientras bailaban; ella de vez en cuando levantaba sus ojos hacia él.
—¿Te puedo invitar un trago? —preguntó al momento que la canción se terminó.
—No bebo licor y no acostumbro a aceptar bebidas de desconocidos —pronunció la joven con timidez.
—Esas dos cosas la podemos solucionar —habló con voz seductora Iván—, te invito una bebida sin licor —sonrió.
La joven se sonrojó mientras percibía que su cuerpo se estremecía ante las miradas que él le brindaba; aquellas sensaciones no las había sentido con nadie hasta entonces: era algo inexplicable la atracción que aquel hombre, ejercía sobre ella; quizás porque se demostraba como un caballero, elegante y educado, era el ejemplar con el que soñaba desde niña.
—Para dejar de ser un desconocido mi nombre es Iván Arellano —se presentó sonriendo—. Es un verdadero placer conocerte —pronunció al momento que tomó la mano de la joven y se la besó.
El rostro de la chica se tornó carmesí, una gran O se dibujó en sus labios y su cuerpo sufrió gran conmoción al sentir una especie de corriente recorrer su piel, y calcinarla por dentro.
—Paloma Borrero —respondió con timidez, tratando de reponerse a los estragos que los labios de él, sobre su piel le causaron.
—"Paloma" —pronunció con su gutural voz. —¡Qué hermoso nombre! —exclamó—, símbolo de paz y reconciliación.

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EL COLOR DE LA VENGANZA. (Completa en Dreame, Buenovela, Manobook)
ChickLitPaloma a pesar de vivir en un hogar en el que impera el maltrato, es alegre, soñadora, y está llena de ilusiones y sueños por cumplir. Iván, regresa a Ecuador, ansioso de conocer a la mujer de la cual su hermano menor está enamorado, sin imaginar q...