4. Relájate y diviértete

14 2 4
                                    

No dije nada a mis padres. Tal vez pensarían que estoy loca. Pero de todas formas tendré que darles una explicación cuando vuelvan. Hoy voy a intentar olvidarme del asunto, por lo menos esta noche, pues tenemos la fiesta de cumpleaños de Diana. Sí, Diana, esa chica que no me cae demasiado bien pero como quiso invitar a Joel al final terminó invitando al grupo entero. De todas formas voy para pasar una buena noche con mis amigos y evitarla en lo que me sea posible.

Llegamos a las 22:30 a la fiesta de cumpleaños en el coche de Joel. Cómo era de esperar, Diana había invitado a todo el mundo aunque eso no era muy difícil dado que no vivíamos en una gran ciudad. Desde la entrada del chalet podía oírse la música que estaba tan alta que parecía que el suelo rebotase bajo nuestros pies. Rodeamos la blanca fachada por el camino que daba a la piscina, situada en la parte trasera del edificio, y no tuve tiempo de reaccionar ya que Joel fue el primero en abrir la boca.

-¡Qué pasada de fiesta! ¡Os dije que teníamos que venir!- María, Laura y yo nos miramos por lo que vendría ahora- ¡Voy a ver si consigo algo de beber y un poco de compañía!- Y acto seguido desapareció entre la multitud pero Raúl fue rápidamente detrás de él-. Lo siento chicas pero no puedo dejarle solo ni un momento, ya sabéis.

-Típico de Joel, como si nuestra compañía no fuera suficiente- Espetó Laura-. No sé por qué accedimos a venir.

-Ya sabíamos lo que iba a pasar, relájate y diviértete- dijo María mientras le ponía una mano en el hombro. Luego me miró pensativa-. ¿Has estado muy callada, te ocurre algo?

-Oh nada, solo estoy un poco cansada- María me volvió a mirar detenidamente-. ¿No puedes dormir? ¿Tu gato vuelve a no parar de maullar por las noches? ¿O es que tienes los pensamientos en algo que yo no sé?- No supe qué contestar ya que no les había dicho nada del asunto así que me quedé unos segundos en silencio hasta que respondí.

-No, no es eso. Pero bueno, olvídalo. ¿Hemos venido aquí para divertirnos, no?- dije mientras me encaminaba hacia la zona de piscina, pues nos habíamos quedado en el camino de entrada.

-Esa Iris ya me gusta más- dijo María y nos agarró a Laura y a mí para irse abriendo paso entre la multitud.

En los soportales del chalet había una barra improvisada con varias mesas y algunos estaban subidos encima coreando algo que no lograba entender. Laura cogió bebidas para María y para mí y aunque no quería nada se lo agradecí igualmente. Rodeamos la piscina en la cual había gente metida con ropa o con la ropa interior solamente, y algunos salpicaban y tiraban a otras personas. Y allí, sentada en uno de los bordes, estaba Diana. Pavoneándose frente a unos chavales que no le quitaban los ojos de encima, probablemente alardeando de ser la anfitriona de la mejor fiesta que se ha dado en décadas. Seguimos caminando y nos topamos con un corro en cuyo centro había un par de chicas bailando alegremente mientras los demás gritaban y daban palmadas. Al final de los soportales, entre estos y la piscina, estaba situado el DJ sobre una mesa transparente de luces LED.

-¿No se ve la mesa, eh?- dijo Laura con tono sarcástico-. La verdad que me están entrando unas ganas de bailar impresionantes.

En cuanto dijo esto se unió al corro que habíamos pasado antes, que no se encontraba muy lejos de la mesa del DJ.

-Vamos- me dijo María mientras me hacía un gesto con la cabeza para que la siguiéramos.

Cuando llegamos al corro Laura estaba bailando enérgicamente en el centro.

-Mira la que decía que no sabía por qué accedimos a venir, al final es la que mejor se lo pasa de nosotras- comenté a María mientras observaba la escena.

-¿Qué te pasa? Últimamente te encuentro un poco rara, no sé, así cómo desanimada- dijo mientras me miraba detenidamente.

-Sólo estoy cansada, ya te lo he dicho antes. No te preocupes, de verdad- le dije. Pero María no parecía muy convencida de mi respuesta y lo dejó estar. Al final nos unimos a los que estaban bailando y pensé solamente en la música y en dejarme llevar por ella.

De repente, en una esquina al lado de los setos que rodean el chalet, me pareció ver una figura. A esa distancia no podía distinguir bien pero parecía un chico alto, rubio y fuerte. Vestía de negro, permanecía de pie y no se movía. Tan sólo giraba la cabeza como buscando algo y cuando sus ojos se encontraron con los míos (o eso me pareció) se fue con una agilidad sobrenatural. Miré alrededor a ver si alguien más lo había visto pero estaban todos metidos de lleno en su baile. Volví a mirar dónde antes había estado una figura esperando que volviera a aparecer o que por arte de magia apareciera una señal que me confirmase que lo que había visto era verdad. Fui a por algo de beber para calmarme un poco y luego me dirigí al baño para lavarme la cara, como si de esa forma se me fueran a aclarar las ideas.

Me adentré en la casa dando vueltas por todos lados y abriendo puertas hasta que encontré el baño. Había dejado la puerta abierta cuando de repente entró una chica que rápidamente levantó la tapa del inodoro y empezó a vomitar. Esto parece que le va a llevar un tiempo, pensé, y salí fuera dejándola en su tarea.

-¿Dónde te habías metido?- me preguntó María cuando me vió aparecer.

- He ido al bañ...- no pude terminar la frase porque se oyó un grito que procedía de dentro de la casa. Todo el mundo se acercó a ver qué pasaba y salió una chica llorando incapaz de decir palabra.

- Alba, Alba, Alba...- balbuceaba sin dejar de llorar. Un chico intentó tranquilizarla hasta que pudo decir algo más -. Alba... está... muerta.

En ese momento la gente entró en pánico y hubo muchos gritos, algunos lloraban, otros no reaccionaban... En seguida llegó la ambulancia y se llevaron a la chica que por lo visto no estaba muerta, pero sí muy grave. Cuando la estaban subiendo a la camilla pude verle la cara y me di cuenta que era la chica que había entrado antes a vomitar en el baño. Cómo es posible, pensé, qué pasó cuándo salí de allí. Quizás, si me hubiera quedado con ella podría haber evitado todo esto. Me alejé de la multitud porque sentía que me faltaba el aire y empecé a inspirar y espirar muy fuerte.

Parecía que ya se me estaba normalizando la respiración cuando lo vi. Esta vez lo pude ver mejor y a pocos metros de mí. A un lado detrás de la multitud, estaba observando la escena. No se le veía cara de preocupación pero tampoco de curiosidad, más bien parecía que estuviera nuevamente buscando algo. Esto era muy raro, no lo había visto nunca antes y justo aparece antes y después de esta catástrofe. Me dirigí hacia él dispuesta a preguntarle acerca de lo sucedido pero antes de que pudiera abrir la boca me dijo en un susurro:

- Has tenido suerte-. Y seguidamente se marchó. Intenté correr detrás de él pero era demasiado rápido así que vi como desaparecía entre los setos. Noté una mano en el hombro, era María junto a Laura que habían estado buscándome cuando se armó todo el jaleo y me aparté de la multitud.

No, esto no puede ser así, esto tiene que tener una explicación. Estoy segura que ese chico sabe algo y necesito encontrar respuestas a todo lo que me está pasando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 28, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lo que sé de LucasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora