capitulo 13

737 92 51
                                    


* ____________ *

—¡Responde! —exigió mamá. Jamás la había visto tan enojada, estaba fuera de sí, completamente exaltada y dispuesta a formar un escándalo—. ¡¿Qué estabas haciendo afuera de la habitación, _________?!

«Bueno __________, bien dice el refrán: ¡Después de un gustazo, un trancazo!»

Le di una mirada a mi acompañante y lo vi enredarse los dedos en el cabello, estaba preocupado. Después dirigí mi vista a Carol, quien estaba a la par de mi madre, y cuyo rostro dibujaba un semblante de decepción.

Tragué saliva y me insté a tranquilizar a mamá, sabía que cuando estaba enojada, hacía y decía las cosas sin pensar, así que debía hacer algo inmediatamente.

—Puedo explicarte... —balbuceé, tratando de controlar mis nervios—. Solo salí a tomar un poco de aire fresco, yo...

—¿¡Un poco de aire fresco, _________!? —formuló, sarcástica—. ¿¡Cómo es qué se te ocurrió salir a estas horas de la noche!? —gritó, haciendo que cada recoveco de mi cuerpo temblara—. ¡Eres una irresponsable! ¡Acaso no ves que estás enferma!

Mi madre siempre había sido una mujer de carácter fuerte; era estricta, vehemente y en ocasiones hasta rencorosa, pero a mí jamás me había hablado de esa forma. Quizás todo esto se debía a que yo nunca le había dado dolores de cabeza, invertía mi tiempo pintando, y siempre había tratado de mantener una buena relación con ella.

—¡Sí, estoy enferma! —espeté. Y movida por el dolor que me causaron esas palabras, le grité—: ¡Pero no estoy muerta!

—¡__________! —bramó, levantando la mano para darme una bofetada, pero al final no lo hizo—. ¡Mejor cállate!

—Señora —intervino Noah. En ese momento, ni siquiera recordaba que él estaba siendo testigo de aquella discusión—. Yo le di la autorización —continuó. «¿Me está defendiendo?»—. Ella me comentó que quería salir un rato... —«¡Basta Noah, no hagas eso!» No podía dejar de mirarlo y de pensar en el gran problema en que se estaba metiendo por mi culpa—.Y bueno, yo mismo la acompañé.

—¿¡Así que usted es cómplice de todo esto!? —cuestionó mamá, llevándose la mano a la sien—. Mi hija pudo haber perdido el subsidio que le da el hospital y se lo permitió, ¿¡Qué clase de medico es usted!?

—No se preocupe —trató de explicar—. Ni siquiera salimos del estacio...

—¡Esto es el colmo! —interrumpió, perdiendo la poca paciencia que le quedaba—. ¡Cómo no me voy a preocupar si sacó a mi hija sin mi autorización! ¡Es una menor de edad! ¡Pero esto no se va a quedar así! —lo amenazó, apuntándolo con el dedo—. Iré a dirección y pondré una queja.

—¡No mamá! —imploré, cómo si se me fuese la vida en ello—. Si haces eso, solo empeoraras las cosas y ya no podré continuar con el tratamiento.

—¡Ah! ¿¡Ahora sí te importa!? —exclamó—. A mí me pareció que minutos atrás no te importaba.

—Señora Kim —intervino Carol—. Todo esto ha sido mi culpa, yo era la responsable de __________, mientras usted no estaba, y le he fallado. No sé qué razones tuvo el Dr. Schnapp para actuar de manera tan irresponsable. —Detuvo su vista en Noah, logrando que este llevara su vista al suelo—. Pero yo hablaré con él, y le prometo que esto jamás volverá a repetirse ¿sí?

Mamá se quedó callada, reflexionando, y segundos después, contestó:

—Está bien. —Nunca me sentí tan aliviada como hasta ese momento.

—Vamos, Dr. Schnapp, tenemos que conversar —declaró Carol, caminando hasta la puerta.

Noah le siguió los pasos, pero antes de marcharse me regaló una mirada; no fue fría, ni triste, como las que estaba acostumbrada a ver, sino más bien tierna. Suspiré, sintiendo que el corazón se me oprimía, todo eso no era más que culpa mía, y él iba a tener que pagar las consecuencias por defenderme.

dr cutie (Noah Schnapp Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora