ADIÓS A DIOS.

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Sobre mi piel se sumerge los rayos del acalorado día,
Y si es que mis ya cansados pies pueden darle un último vistazo,
Yo juro seguir amándote.

Los gallinazos revolotean y se posan sobre la catedral viendo desde los hombros de Dios como la muchedumbre sigue viviendo sin entender lo que es vivir.

Las extrañas miradas circundantes ven a través de la lente lo que yo llevó en mi alma.

Y entre todo el desorden,
Me he vuelto amante de las solitarias avenidas donde me aguardan rostros conocidos como ajenos,
Y para mi, ellos tienen mundos del cual gustosamente me dejo atrapar.

Todos aman el centro,
Yo despellejo los secretos del borde,
Y el desinterés se ha vuelto mi enemigo,
Con tristeza veo a los verdes negarme adentrarme.

La pequeña mano se extiende hacia mi,
Y no puedo evitar quebrarme,
Y en medio de la algarabía y los incesantes robos
Muero, lloro y solo me queda gritar,
Mientras me despido,
Para volver a vivirlo mañana.

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⏰ Última actualización: Apr 29, 2021 ⏰

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Poesía y Reminiscencias de un Peruano Entristecido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora