Cap 20

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Llegué al trabajo, fui directo a la cafetería, me urgía un café sumamente cargado, aún me daba tiempo de ir al tocador y luego ir a trabajar con mi prometido. Observé mi anillo de compromiso, en verdad era hermoso.

Porco: ¡Buenos días Ackerman! 

Mikasa: Buenos días Galliard, ¿estás mejor? - cuestioné.

Porco: ¿Sobre qué?

Mikasa: Sobre la persona que te gusta - respondí.

Porco: Ah... bien - sonrió tímidamente.

Mikasa: Me alegro. - dije sonriendole.

Porco:  ¡Ackerman! 

Mikasa: Dime.

Porco: Oh, nada - dijo bajando la cabeza.

Mikasa: Vamos, dime - coloqué mis manos sobre su hombro, él alzó su mirada.

Porco: Bien... quería coment... - miró por detrás de la azabache - hablamos luego - se retiró.

*POV PORCO*

Caminé rápidamente hacia el ascensor, pero éste se habia cerrado, así que tomé el de al lado, llegué al piso ocho, me acerqué a ella.

Porco: ¡Oye!

Pieck: No te me acerques. - dijo friamente.

Porco: ¿Por qué te pones así? 

Pieck: Es la segunda vez que te veo con esa. - hizo una mueca.

Porco: Mikasa solo es una amiga, o ni eso.

Pieck: No me interesa, te puso una mano encima.

Porco: No malinterpretes las cosas. Sabes que eres la única dueña de mi corazón.

Hange: Uh - apareció de la nada - eso sonó bastante romántico - comenzó a reír.

Pieck: ¡Púdrete Porco! - gritó

Hange: Oigan - dijo firmemente.

Porco: Lo lamento señora Hange. 

Hange: Señorita - corrigió - ¿qué sucede?

Levi: ¿Han visto a Mikasa Ackerman? Ya son las siete con trece minutos. - intervino en la conversación.

Pieck: Pregúnteselo al jóven Galliard.

Levi: ¿Qué dices? - lo miró fijamente.

Mikasa: ¿Sucede algo? - dijo acercándose - ¿hay una reunión ? 

Todos guardamos silencio y la observamos, hasta que alguien rompió el hielo.

Levi: ¿Pero qué carajos está sucediendo aquí? - preguntó alterado.

Porco: Nada relevante respecto a la empresa mi señor - respondi

Hange: Bien... vamos Porco - dijo con algo de sudor en la frente. 

 *POV MIKASA*

Sentía un ambiente bastante tenso, también sentí que alguien me miraba con desprecio. Miré de reojo a la secretaria de Levi, en efecto, era ella. Si su mirada fueran balazos, créanme que ya estaría muerta.

Levi: Luego quiero hablar con usted señorita Finger.

Mikasa: ¿Qué sucede? - pregunté curiosamente.

Pieck: ¿No te cansas de meterte? - bufó.

Mikasa: ¿Perdona? - la miré desafiante.

Levi: Oi, oi, oi. No le hables así a tu superior.

Pieck: Hasta donde sé usted es mi jefe y no ella.

Levi: ¿Acaso estás cuestionando mis decisiones?

Mikasa: Mira, no sé cuál es tu problema conmigo, pero déjame decirt... - es interrumpida.

Levi: ¡Basta! - tomó a pelinegra del brazo y la llevó a la oficina.

Nos pusimos a trabajar por horas, aunque había algo raro en Levi, parecía enojado.
Lo nombré tres veces, pero en ninguna ocasión obtuve respuestas.
En fin, me levanté del sillón y fui directo hacia la puerta.

Levi: ¿A dónde vas? - preguntó.

Mikasa: A almorzar.

Levi: Espera - se levantó y se dirigió hacia ella - vamos juntos.

Mikasa: ¿Luego de haberme ignorado toda esta mañana?

Levi: Estaba sumamente ocupado - mintió - ¿es muy pronto para anunciar nuestro compromiso?

Mikasa: Si... no... no sé, supongo - dudé.

Ambos salimos de la oficina, nos dirigimos al comedor. Ambos ordenamos onigiri.
Pasaron las horas, estábamos en la oficina trabajo en silencio, hasta que cierta personita lo rompe.

Levi: Ya terminé lo de hoy - se levantó de su sillón.

Mikasa: Oh, genial. A mi me falta balancear solo esto - señalé.

Levi: Ah, muy poco - dijo, se inclinó hacia ella y comenzó a darle besos en el cuello.

Mikasa: Es... pe... ra.

Levi: ¿Eres sólo mía cierto? - siguió besándole el cuello.

Mikasa: Sólo... tuya - me encontraba agitada, volteé hacia él, me paré del sillón y quedamos frente a frente

Levi: Solo mía - la tomó de la cintura, ella rodeó su cuello con sus brazos, seguidamente se dieron un tierno beso, pero eso duró poco. La temperatura fue subiendo cada vez más. La azabache comenzó a quitarle la corbata y comenzó a desprender los botones de su camisa. El muchacho, la sentó en el escritorio y siguió besándole en el cuello, la mujer comenzaba a suspirar y a gemir.

Mikasa: Le... vi... - volví a decir entrecortado.

*POV PIECK*

Llegó un recado para el jóven Ackerman, así que me dirigí hacia su oficina.
Al momento de tocar la puerta, me detuve, comencé a escuchar sonidos raros. Y claro, el nombre de mi jefe.
Las ventanas estaban cerradas y cubiertas con cortina. Pero ansiaba ver lo que estaba ocurriendo allí dentro, sin embargo, decidí dejarlos tranquilos, por el momento.
¿Quién diría que Mikasa sería una zorrita y que se metiera con mi jefe?
Aunque si yo tuviera la oportunidad también lo haría.











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