EUNBI POINT OF VIEW.
Pasaron treinta años de aburrimiento.
Era el año mil seiscientos veintidós, en cual regresamos a Corea.
—Hola Yeji —dije con una sonrisa.
—Cambiaron mucho o es porque no nos habíamos visto —hablo Lia.
—Parece que tiene a nuevas intregarantes.
—Para mi no son nuevas, llevamo toda una vida juntas.
—Eso parece... Vengan, seguro están cansadas.
Yeji nos guío hasta su casa.
Fue una cálida bienvenida, platicamos sobre todo lo que nos pasó en esos años de no vernos.
"^"
A mediados del año 1622 me encontré una chica herida.
—¿Estas bien?.
—Tengo que escapar, ese cazador... —balbuceo.
—Yo te ayudo... .
—¿Tu que haces aquí? —callo una mujer del tejado.
—¿Tu eres el cazador?.
—Eunbi... ¿Eres tú? —parecia feliz—¿No me recuerdas?... Soy yo Miru.
—¿Miru?... —Hitomi está en peligro.
—¿Hitomi está contigo?... Parece que si, hay muchas personas cerca de este callejón... Tengo que ir me, pero nos veremos de nuevo.
Se fue dejando a esa chica, decidí ayudarla.
"^"
Llegué a casa con un poco de dificultad, la lleve a un sofá.
—¿Qué le pasó? —dijo una Hitomi preocupada.
—¿La conoces? —pregunto Yuna.
—Si, ella me ayudó a perder a Shiroma.
—¿Cuál es su nombre? —pregunte.
—Choi Yoo Jung... .
—Parece ser buena... esperaremos a que despierte.
Tardo como tres horas... Choi despertó un poco alarmada, pero cuando miro a Hitomi se tranquilizó.
—¿Hitomi? —dijo un poco sorprendida.
—Hola ¿cómo has estado?.
—Mal... Esa tipa descubrió que yo te ayude a escapar de ella y ahora me odia.
—Pero ¿cómo lo supo?.
—Torturo a una de mis ayudantes, en cuanto lo supe decidí venir a Corea para decirte lo que pasó.
—Pero ella te siguió y ahora estás aquí.
—Si... .
—Compermiso... talvez estés un poco cansada... come esto y después duerme un poco te llevaré a una habitación —dijo Lia.
—Gra...cias —se la llevo.
—Hitomi no salgas de casa sola, tenemos que estar atentas.
—¿Qué... Esa chica es muy peligrosa? —pregunto Ryujin.
—Una vez trato de secuestrar a Hitomi o también la seguía para todos lados y cuando un chico trataba de ser su pareja lo asesinaba.
—Entonces es muy peligrosa... Hitomi no te me hacerques mucho, todavía no quiero morir.
