Tenían que hacer un trabajo, tenían muchas cosas avanzadas, pero entre más rápido terminarán más horas de descanso tendría, y eso querían ambos. Se agotaron de tanto leer y sus espaldas ya dolían, estaban sentados en el piso con la mesita de centro con algunos bocadillos y papeles. Tadashi fue el primero en rendirse ante el dolor muscular y el hormigueo en sus piernas, se recostó en el piso. A los ojos de Kei, Tadashi se veía como un gatito.
— Yams.
— ¿Sí? — Yamaguchi estaba disfrutando ese pequeño descanso.
— Puedes estirar tus piernas pero levantándolas.
Tadashi ni lo pensó, solo levantó las piernas y listo. Kei agradecía que le hiciera caso; no le tomó ni tres segundos cuando dejó las piernas sobre sus hombros y besó con lujuria los labios del pecoso.
Tadashi por obvias razones de vez en cuando soltaba algún que otro gemido que no podían ser ahogados por los labios del rubio.
Y antes de que comenzará a subir la temperatura, la puerta de la habitación del rubio fue tocada.
— Kei, mamá me preguntó si querías algo en especial para la cena y que invitaras a Tadashi a dormir porque ya es tarde.
Tadashi le haría un bonito altar al rubio mayor por dos simples razones, uno tocó la puerta y no entró, cosa rara en él; segundo, porque debían terminar el trabajo y no estar haciendo ese tipo de cosas y más cuando aún había gente despierta.
Ambos chicos se levantaron para bajar, pero antes de que salieran la de habitación Yamaguchi abrazo al más alto.
— Podemos seguir más tarde — Kei pensó que habla sobre el trabajo, pero después de que el pecoso le guiñara y lo besara es que se dio cuenta del significado de esas palabras.
Tadashi no pudo dormir en toda la noche.
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Espero que les guste. Descansen y estudien.
Tomen agua y coman bien.Bye bye.
Tadashi durante toda la historia.