Capítulo IV

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Diez años atrás.

- ¡Ah maldición! es demasiado tarde.

Aquel chico corrió por el patio de la facultad, era una universidad muy grande y para llegar al auditorio le demoraría 8 minutos y él tenía que haber estado ahí hace 10 además esa no era su escuela así que no tenía idea que pasillo tomar.

Intentó llamar a sus amigos quienes debían ya estar en aquel audiotorio sobre el estrado pero las llamadas se desviaban.

Estaba por dar una ponencia junto a sus compañeros y profesor en otra de las mejores universidades del país además de la suya. Ya estaba tan desesperado y ansioso que no se percató de que algo o más bien alguien lo haría retrasarse más.

Entre su distracción por llegar pronto tropezó y lo único que sintió fue aquel suave obstáculo debajo de él. Soltó una queja de sus labios. ¡Justo lo que faltaba!

Abrió sus ojos y se encontraron con otros, unos muy abiertos y marrones cristalinos.

Y si, aquella persona debajo de él estaba apunto de llorar. En vez de levantase se quedó observando aquel rostro que le parecía tan ... ¿angelical?. Con una nariz ligeramente afilada y unos labios tan delgados que armonizaban perfectamente en su rostro.

- ¿Puedes levantarte? - Se quejó el chico intentando liberarse

- Oh yo lo siento ! - Se puso rápido de pie y miró que algunos papeles quedaron esparcidos por el lugar.

Mierda! Pensó al ver el desorden que había hecho. No podía irse y dejar al chico tirado en el suelo recogiendo todo ¿o si?
No no podía; así que lo más rápido que pudo recogió papeles.

- Lo lamento, tenia un poco de prisa, estoy buscando como llegar al auditorio, debo dar una ponencia justo ahora y ahora ya no se ni por donde ir, necesito que alguien que estudie aquí me ayude a llegar

- Oh perdóname fue mi culpa, me agaché para atar mis agujetas. Yo estudio aquí y también voy allá así que te diré por donde ir

Ambos terminaron de recoger lo tirado y a paso apresurado se dirigieron al auditorio, ya estaba mucho más cerca de ellos.

Cuando estaban fuera de aquel lugar se escucharon las voces de sus compañeros.
En especial la de Cho quien estaba dando el discurso que él debía dar. Agradecía que su amigo fuera tan inteligente y le salvara el pellejo al grupo de arruinar aquella conferencia. A su lado estaba aquel chico misterioso de cabellos rojos intensos Jongwoon y en medio el más pequeño de todos e hijo del maestro Ryeowook.

Quedó inmóvil pensando como subir al estrado sin ser irrespetuoso y cruzar frente a todos cuando fue jalado hacia atrás.

- Hey mira sígueme - El chico de cabello castaño caminó a un costado del auditorio adentrándose a una zona oscura y debajo de una especie de telón abrió una puerta.
- Por ahí entras y al fondo hay otra puerta que sales de ese lado de la mesa -

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