|You lured me in I couldn't sense the pain|

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Esa chica lo tenía descolocado, como el primer día en que la vio

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Esa chica lo tenía descolocado, como el primer día en que la vio.

Cada vez traía consigo una actitud diferente, como quien cambia de máscara. Estuvo seguro por un momento de que buscaba algo, solo estaba esperando que se diera la oportunidad y luego lo desecharía como viejo calzado, después de todo así son las cosas hoy en día y si pudiera tener su compañía solo por un momento ya seria una ganancia equilibrada.

Pero no fue así, paso un día y luego dos; Natasha aún lo saludaba con el mismo afecto y sonrisa. Lo acompañaba por el pasillo y siempre tenia algo que comentar, sin querer pensar más allá solo lo disfrutó, permitiéndose imaginar que no todos quieren algo a cambio. Podría estar equivocado...

quien lo diría, el deseado profesor Rogers tenia una vida muy solitaria.

A veces sentía que un año no tenia las suficientes horas

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A veces sentía que un año no tenia las suficientes horas. El tiempo pasa especialmente rápido cuando deseas lo contrario o si tus días están previamente contados. Si su tiempo tan dolorosamente corto se vencía tendría que regresar a su país con las manos vacías y el corazón igual de pesado. Como cuando miraba por la ventana de un avión su antiguo mundo volverse cada vez más pequeño.

El no extrañarlo en absoluto podría parecer una ventaja, pero para una chica plagada de sueños y anhelos como Natasha, de que al menos alguien la quisiera y esperara su regreso solo era una espina que se clavaba cada vez más profundo en su corazón y de verdad esperaba que al menos existiera una persona que pudiera arrancarla por fin de su pecho.

Volverse amiga de su primer enemigo además de extraño y contradictorio tenia sus ventajas, ya no había miradas asesinas en su dirección y ella podía guardar su sarcasmo nuevamente en la maleta. Otra podría ser poder saludarlo y no recibir a cambio una mirada de tienes cuatro ojos en vez de dos.

Ahora se dirigia en su dirección casualmente por los pasillos de la universidad totalmente consciente de la mirada de Laura, sentada en su lugar habitual.

-Hey, Steve. Que tal?-

-Natasha, como es usual solo camino por aquí, que tal tu? Pareces tener algo que decirme-

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