Mírame ; Wandanat. [EDITANDO]

°He perdido la cuenta

Han pasado algunas semanas y su ánimo no ha mejorado, sin embargo ha tenido actitudes menos hostiles hacía mis compañeros de clase.

Su aroma sigue siendo mi olor favorito, y es por eso que mi corazón no logra sacarla de su trono. Ella es la dueña de mi corazón.

He intentado alejarme. He hecho caso a Thor, ha intentado distraerme. Tengo al mejor amigo del mundo... Sin embargo las palabras de Odinson dejan de tener peso cuándo veo a Natasha caminar del otro lado de un pasillo, o cuándo la veo acercarse a saludarme con una sonrisa. Me lo hace difícil, maestra Romanoff.

She looks so perfect resuena en el salón, llegué antes porque me pidieron que compruebe el equipo de sonido. Debido a esto no esperé a mi adorada maestra en la entrada, era mi rutina diaria, sin embargo he dejado de hacerlo hace unas semanas, y sigo intentando evitarla, es mejor para mi corazón. La tristeza es inevitable sin verla, pero no puedo seguir engañando a mi alma, ni endulzando mi sufrimiento.

Decidí poner una canción al azar en Spotify. Tengo una mezcla extraña de canciones allí, sin embargo... She looks so perfect es de mis favoritas.

Mi papá es sonidista. Supongo que algo tendría que saber yo, ¿no? Django no me falles.

—SHE LOOKS SO PERFECT STANDING THERE! In my American Apparel underwear. And I know now that I'm so down. Your lipstick stain is a work of art. I got your name tattooed in an arrowed heart. And I know now that I'm so down...—Canto y bailo por todo el salón, una sola persona se me viene a la mente mientras gozo mi momento artístico. No soy fan del grupo, sin embargo, Thor es un fanático empedernido y me pega cada canción que tararea a diario.

Wow, esto es asombroso, no recuerdo haberme sentido tan viva hace días. Meses, más bien.

Escucho una risita seguida de aplausos tras de mí, volteo y veo a mi amada maestra rusa. La sonrisa en sus labios es gigante, veo esos ojos verdes azulados brillando.

—Excelente baile, señorita Maximoff. — bajé la cabeza avergonzada. Sin embargo, ella mantiene una sonrisa tierna, inclina la cabeza hacía un lado. Y yo le sonrío.

—Buenos días, maestra Romanoff. Me pidieron que venga a revisar los altavoces de este salón. Ya me iba, disculpe. —Ella niega, parece qué dirá algo, pero muerde su labio antes de hacerlo. Maestra, no haga eso, no frente a mí, o me veré en la obligación de hacerlo yo misma.

Camino en busca de mi bolso y cuándo voy a pasar a su lado, toma mi brazo y nos miramos por unos segundos, la distancia es inexacta, pero puedo asegurar de manera muy precisa qué no son tantos centímetros los que nos separan. ¿Acaso estoy soñando? Su aroma es tan intenso qué logra que olvide por unos segundos mi existencia en este mundo.

—Alegraste mi mañana con tu baile y canto. Muchas gracias, Wanda. - sus ojos conectan con los míos. Mi boca se abre levemente, e intento inhalar todo el aire qué puedo, siento qué mi oxígeno bajó. Y puedo ver cómo sonríe y muerde un poco su labio, liberando el agarre de mi brazo.

¿REALMENTE ACABA DE SUCEDER ESTO O ES MI MALDITA MENTE JUGANDO CONMIGO?

Definitivamente ya he perdido la cuenta de todo lo que he tratado de ignorarla, de alejarme, de dejarla, Natasha.

Pero nada de eso tiene sentido cuándo usted está cerca de mí.

Es que usted y su aroma nublan mi mente. Usted hace que pierda la cuenta de todo lo que sucede a mi alrededor.