Mírame ; Wandanat. [EDITANDO]

°Mi aroma favorito

Thor no ha dejado de sonreír en toda la tarde.

Jane Foster la actriz favorita del rubio, notó su existencia, ¿acaso no es mágico? Ella lo notó.

Él y nuestro otro amigo desde hace un par de meses, salieron a caminar una noche y visitar algunos bares. Clint estaba seguro de que era un buen sitio.

Llegaron al "Sweetcheaks", bar conocido por traer a muchos importantes personajes de fama mundial en su lista de invitados. Thor consiguió que su tío les consiguiera entradas. Yo no pude ir por lo qué le pedí que no se molestara en pedir una más, sabiendo que no disfruto demasiado de las fiestas.

Jane y su amiga Darcy estaban ahí, y para la buena suerte de mis amigos, ellas no encontraron algo mejor.

Ahora Thor no deja de mensajearse con la castaña. Estoy feliz por estos pobres imbéciles con suerte.

Me recosté sobre las piernas de Thor viéndolo sonreír cómo un bobo. Cerré mis ojos dispuesta a disfrutar el aire tibio y el sol, quiero dormir un poco más.

No tardé demasiado en ser interrumpida por una sombra.

—Escuchame bien, Clint. Saca tu horrible silueta de la luz o pateare tu trase... —Thor cubrió mi boca e inhalé con fuerza por la nariz debido a la presión de su mano.

El perfume.

Abrí los ojos y me encuentro con los suyos, y su sonrisa maravillosa siendo dedicada a mi.

—Agradezco no ser el joven Barton— se ríe. Me sonrojé. Joder, parecí un neandertal —.Wanda, necesitamos hablar sobre tu portafolio, ¿puedes por favor venir conmigo? —me incorporo y asiento.

La sigo y veo a Thor levantar sus pulgares en señal de aprobación, luego realiza algunas señas obscenas y yo le enseño mi dedo medio.

Thor luego de haberle comentado lo de aquél día en qué la maestra me vio bailando... Comenzó a insistir en qué tal vez debería declararme, sólo para saber sí tal vez y sólo tal vez ella sentía algo... Me repetía siempre "No pierdes nada, luego de eso te irás a Noruega." y cada vez qué la veíamos él me repetía que lo haga. Era una idea atractiva, sin embargo todo estaba yendo tan bien... Cómo ya no era yo quién la saludaba luego de la vergüenza que pase, ella solía hacerlo.

Cuándo ella pasaba y yo estaba mirando al lado contrario, posaba su mano de muñeca en mi hombro, lo apretaba levemente, esperaba a que me gire en su dirección, y sonreía diciendo "Buenos días, Wanda", yo siempre sonreía contestando un "Buenos días, señorita Romanoff".

Y así se repetía a diario. No quería arruinar eso, no podría soportar tener que alejarme de mi amada maestra cuándo quedaba tiempo para poder disfrutar de verla y de sus sonrisas.

Había intentado alejarme antes, y ella volvió a hablarme, eso podría significar todo pero a la vez nada.

Y verdaderamente mis ganas de tenerla cerca eran mayores qué las ganas de gritar mi amor por ella a los cuatro vientos. Independientemente de que mi mejor amigo me repitiera todos los días un "No vas a poder ocultarselo siempre, tarde o temprano lo sabrá". Y realmente espero que sea más tarde que temprano.

La maestra Romanoff se ve realmente linda en el vestido rojo que trae hoy.

Llegamos a su oficina y cerró la puerta tras de mi. Este lugar tiene su aroma, es increíble lo bien que huele toda esta habitación. Está lleno de carpetas y estantes bien ordenados, veo algunas fotos colgadas, ella y mucha gente diferente, sin embargo no veo a Bruce por ningún lado...

Se agacha para buscar en las gavetas bajas mi portafolio. Continúo mirando su figura, ese vestido rojo... Maestra no sabe cuántas cosas recorren mi cabeza en este momento.