Partida

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Capitulo 1: Partida

-Luna, cariño, despierta- sentí a mi mamá decir en tono suave- Luna, tenemos que salir-le agregó intensidad- ¡Luna! ¡Despierta!-terminó gritando y supe que no había más remedio que abrir los ojos. Agradecía tener persianas y no cortinas por las cuales se filtre la luz del Sol.

-Déjame dormir, se buena con tu hija.- me dedicó una mirada reprochadora.

-Cámbiate, péinate y ponte decente, te espero con el desayuno abajo- gruñí, ¿Cuál es la necesidad de peinarse si después te despeinas?

Me levante con pereza de mi cama y mire la silla en la esquina de mi habitación con la ropa que había elegido para viajar. Tome las prendas, busqué un toallon y me fui a tomar una ducha.

...

Si no fuese por la música me habría quedado dormida, de pie, como un caballo. ¡SON LAS CINCO DE LA MAÑANA DE UN SÁBADO! No me jodan. Hoy teníamos que tomar un vuelo a Italia porque nos íbamos de vacaciones. Queda de más decir, que lo disfrutaría más si el avión saldría a la tarde, pero noooo, sale a las siete de la mañana.

Bajé las escaleras y fui a la cocina a alimentarme como debía (O SEAAAA, MEREZCO ALIMENTARME COMO ELEFANTE POR EL ESFUERZO DE DESPERTARME TAN TEMPRANO).

Después de tomar un jugo multifruta con tostadas y tocino y huevos fritos y una morsa y el brazo de mi hermano y... bueno, y un pedazo de la mesada de mármol, tomé mis valijas y las subí en la caja de la camioneta de mi tío, el cual nos llevaba hasta el aeropuerto. Abrí la puerta de la parte trasera, y me senté a la par de la ventana usando mi mochila (la cual tenía dos libros, auriculares, celular y cargador) y un camperon como almohada y cerré los ojos. Pero como en mi vida no existe la paz entraron mi hermano, mi mamá, mi papá y mi tío dentro de la camioneta con todas las energías de no dejarme descansar en el camino hasta el aeropuerto. Las personas que me dieron la vida compartieron unas palabras y mi papá prendió la radio al máximo volumen haciendo temblar el auto cada vez que la batería hacía su aparición, prácticamente toda la canción. La voz de Freddy Mercury estalló en mis oídos cuando mi papá subió aún más el volumen. Mi hermano, luego de ver mi cara de frustración por el espejo retrovisor del medio, giró su cabeza de mono hacía mi como el exorcista y se me tiro encima y me empezó a hacer cosquillas. Dato importante: soy extremadamente cosquillosa, tengo cosquillas en la panza, en los pies y en la espalda. Y Chase sabía eso a la perfección.

No soportaba más las cosquillas entonces tuve que hacer lo que demandaba la situación, ERA DE VIDA O MUERTE. Le pegue una piña en la espalda, y como el pareció no inmutarse, la segunda vez tuve que dirigir mi puño a su ojo, el idiota respondió con un quejido seguido de "MAMAAAAÁ", pero obvio, yo no hubiese tomado el riesgo de saber que ella le prestaría atención. Mi papá y los Rolling Stones la mantenían ajena a nosotros (no en el doble sentido, NO SEAN PERVERTID@S). Le sonreí burlonamente a Chase y mire por la ventana, el sol comenzaba a salir dejando una vista impresionante. Pasamos velozmente un Starbucks, el cual estaba cerca del aeropuerto, entonces comencé a ordenar mi camperon y la mochila que habían terminado tirados en el piso de la camioneta por mi ataque de cosquillas y el cierre se había abierto. Después de guardar los libros mire por la ventana y me encontré con el estacionamiento del aeropuerto, casi vacío.

...

-"Pasajeros del vuelo 222, con destino a Roma, aeropuerto Fiumicino. Por favor presentarse en la puerta de aborde número 1" La mujer misteriosa repitió eso unas tres veces para después callarse finalmente. Cuando son las siete menos diez de la mañana y tienes dos valijas y un sueño impresionante mientras haces fila, lo único que deseas es pasar a los malditos asientos para que después te pidan los pasajes. PERO LA GALLEGA DELANTE MIO NO PODÍA BUSCAR SU PASAJE Y SU PASAPORTE ANTES, NOO, TENIA QUE JODERME MAS LA MAÑANA. Calma, Luna, calma.

Amor de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora