❈Hᴇᴀᴠᴇɴʟʏ

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❝Qᴜᴇ ᴇxᴛʀᴀñᴏ sᴏñᴀʀ ᴄᴏɴᴛɪɢᴏ ɪɴᴄʟᴜsᴏ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴇsᴛᴏʏ ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴅᴇsᴘɪᴇʀᴛᴀ.❞

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Nota: Kimetsu no Yaiba AU








---Eso es todo por hoy.

La voz de la mujer al lado de la muchacha era calmada y pacífica, a pesar de su avanzada edad y los daños que había dejado su ocupación anterior en su cuerpo se mantenía con una personalidad cálida y vivaz.
Con bastón en mano dió media vuelta para comenzar a caminar con una sonrisa hacia la pequeña cabaña donde ambas vivían.

El medio día comenzaba a llegar, a paso lento la mayor se dirigió hacia la cocina para tomar una pequeña olla de barro que yacía en el fogón utilizado por ella para cocinar la cual aún seguía caliente por haberla apagado hace solo unos minutos mientras a la vez se encargaba de entrenar como era de costumbre a su pupila en el arte de empuñar una katana.

Con el cabello recogido dejando el arma en el lugar correspondiente de la casa la chica entró con la respiración agitada, algo cansada y con las extremidades adoloridas por el arduo entrenamiento de hoy. Su estómago hacía ruido del hambre pero se le era algo inadecuado sentarse nada más para ser atendida por su contraria.

---¿Necesitas ayuda abuela? ---preguntó amable.

---No te preocupes, podré ser vieja pero no una inútil--- le respondió la de cabellera canosa en su característico tono de voz negandose a recibir ayuda---.

La mayoría de veces solía ser muy terca, era una mujer de carácter y físico fuerte lo cual le fue de mucha ayuda en su época como miembro de los Cazadores de Demonios estando a un paso de convertirse en Pilar hasta que en su última pelea los daños provocados fueron tan severos que la llevaron a retirarse aunque esta no estuviese de acuerdo.

La chica tomó de sus arrugadas manos la agarradera de la olla que tenía al ver como se le tambaleaba al caminar para llevarla de mejor manera sobre la mesa, aunque le molestaba un poco de ayuda siempre la terminaba aceptando a la fuerza. Con vasos y platos en mano se aseguró de que su encargada tomase asiento mientras ella se ocupaba de lo demás hasta tener la comida completa y servir el té para ambas.

Mientras llevaba un poco de arroz a su boca, la muchacha observaba detenidamente cada rincón de su alrededor sin falta llevando su mirada hacia arriba y luego a los lados acto que llevó a la anciana a dedicarle una mirada extrañada.

---¿Qué tanto miras? ---mencionó señalandole el plato mientras la otra masticaba---

La más joven se limitó a sonreír por su reacción y llevar otro trozo de comida a su boca, centrando su atención en lo que hacía.
Momentaneamente cerró sus ojos imaginando en las circunstancias que podría estar de no haber sido encontrada por la mujer aquel día, el universo se pudo haber divertido con ella haciéndole la vida miserable pero en lugar de ello le dió otra oportunidad para crecer y vivir feliz convirtiéndose en la mujer que sus padres hubieran querido. Tal vez vivían ambas de manera humilde pero no le faltó nunca comida en la mesa, ropa para vestirse y un techo para resguardarse del frío, tal vez no compartía ningún lazo sanguíneo con la mayor pero despertar cada día y pasarla con ella le llenaba el alma como lo hacía al estar con su familia. Esa pequeña cabaña se convirtió en su hogar y le encantaba observarla siempre para agradecer lo afortunada que era.

---¿En qué piensas? ---le siguió la conversación la mayor, le incomodaban esa clase de silencios repentinos.

---En verdad soy muy afortunada ---respondió en tono cálido--- Tengo demasiadas cosas por las que agradecer.

"Cigarettes After Sex"【Stanley Snyder x Lectora】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora