"Cigarettes After Sex"【Stanley Snyder x Lectora】

❈ᴀꜰꜰᴇᴄᴛɪᴏɴ

❝ᴅɪʙᴜᴊᴀꜱᴛᴇ ᴇꜱᴛʀᴇʟʟᴀꜱ ᴀʟ ʀᴇᴅᴇᴅᴏʀ ᴅᴇ ᴍɪꜱ ᴄɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇꜱ.❞

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---Se que dices que me molesto facilmente, pero a veces te pones muy dulce... ¿qué significa si digo que te jodas? O si digo que eres hermosa...

No iba dirigido a nadie más que a ella, la fémina se miraba fijamente a los ojos en su reflejo en el espejo del baño para luego de parpadear un par de veces y volver a la realidad limpiar un par de lágrimas que le habían recorrido por las mejillas y salir tan normal como entró.
El momento de su vida por el que pasaba no era muy bueno del todo, no por una mala experiencia o un daño vivido en cualquier sentido de hecho lo tenía todo o al menos todo lo necesario para ser feliz; una casa, comida y por sobre todo una familia amorosa y siempre atenta pero esto no era suficiente.

No era nadie exigente, simplemente se sentía extraña pues a pesar de contar con esas oportunidades sentía la absoluta presencia de un vacío difícil de ignorar dentro de ella. Su estado de ánimo era constantemente regular a como de costumbre pero en ocasiones quería simplemente desaparecer o mandar todo a la mierda, no se sentía feliz al 100% pero tampoco sufría de depresión o algo por el estilo aunque no negaba el hecho de que quizá algo de terapia le vendría bien para dispersarse y aclarar sus pensamientos.

Se dió cuenta que el problema o mas bien la molestia que presentaba no tenía nada que ver con quienes la rodeaban, amaba a esas personas ya fueran familia o amigos y le sacaban una sonrisa sincera cada vez que pasara tiempo con ellos por muy escaso que fuera, lo que le incomodaba o mas bien quien no era nadie más que ella misma.
Físicamente nadie es perfecto pero eso no le afectaba, aprendió a amar sus defectos y a vivir con su apariencia fuese cual fuese por lo que su desgano no se debía a una falta de amor propio externo si no mas bien a sentir que en la vida algunas veces estaba de sobra.

Ese pensamiento nunca llegó a invadir su mente hasta hace un par de años, el mantenerse inmersa en asuntos escolares le daba un propósito el cual era formarse de manera correcta para ser alguien de quien estuviese orgullosa en su adultez y vivir una vida digna e independiente cumpliendo cada meta que se propuso y gracias a esa idea ganaba año con año los grados con notas satisfactorias enorgulleciendo a sus padres hasta que la hora de graduarse llegó y ahora ¿qué seguía? Probablemente ir a la universidad, estudiar su carrera soñada y graduarse para ser toda una profesional pero cuando justo creyó que estaba en la cima la vida le dió un pequeño empujón solo para recordarle que no todo es como uno lo planea o mejor dicho nada.

Más de 4 intentos y en todos fue rechazada en la universidad, tampoco tenía un plan B en caso de que fallase, pensó que simplemente eso no pasaría asi que ni siquiera se tomó la molestia de preparar uno. ¿Un buen empleo? Ni hablar, toda empresa quería a alguien mayor o al menos experimentado donde te prestarían atención nada mas si tus papeles mostraban títulos y diplomas relevantes.
Se encontraba en un círculo vicioso en el que no podía estudiar por la falta de dinero para pagarlo y tampoco trabajar para conseguir ese dinero pues no tenía la experiencia ni aprendizaje que se adquiere estudiando.

Sentirse insuficiente e inútil era algo casi diario, lo único que pudo hacer nada mas fue comenzar a "trabajar" en un pequeño negocio familiar atendido por su madre donde la ayudaba todo el día con los clientes de la pequeña tienda. Tenía algo que hacer al menos durante el día pero no dejaba de sentir esa clase de decepción consigo misma y en ver como las metas que tenía se iban desvaneciendo; recordaba todo lo que quería lograr y aceptaba el hecho de que tal vez exageró pues los niños tienden a idealizar cosas perfectas pero le caía encima el peso que no era ni la mitad de la persona que siempre pensó que sería a sus 20 años. Una versión más exitosa e independiente, comprando por ella misma lo que necesitaba o algún gusto nada más, vistiendo de falda y tacones altos de manera formal para ir a trabajar a una empresa digna, recordar todo eso y verse donde estaba varada ahora usando la misma sudadera muy seguido y el cabello recogido sin nada de ánimos la hundía hasta el suelo.